Este artículo ha sido escrito a diez manos entre Isabel Nieto, Alberto del Castillo, Selene García Torreiro, Lucía Mos y Sara Morillo.
Antes de elaborar este artículo, este medio se planteó la siguiente pregunta: ¿existe un línea estética propia de la ciudad de Madrid? La respuesta cayó por su propio peso: no. Ahora bien, nadie puede negar que hay una pátina intangible, ese halo reconocible y familiar que respira en todos los rincones de la capital.
Sin embargo, Madrid es tierra de todos y cada uno de los que recalaron aquí procedentes de todas las latitudes. Sus demiurgos, que no son pocos, desembarcaron en la capital imbuidos del estilo y del pensamiento de una infinidad de culturas. Por tanto, este artículo no es más que una compilación de esos lugares de Madrid que, por una u otra razón, consiguen trasladarnos a países remotos, ciudades europeas, películas clásicas, series de televisión, fantasías literarias o recreaciones publicitarias de un vistazo.
1. Puente Perrault de Arganzuela
Imagen cedida por Madrid Film Office
La paradoja que se le atribuye a este puente de nombre galo es que ha logrado convertirse, desde su inauguración en 2011, en punta de lanza de homérica transformación de Madrid Río siendo, como es, una referencia arquitectónica atípica en el skyline de Madrid. Se trata del Puente Monumental de Arganzuela, una mayúscula pasarela peatonal de 250 metros de longitud que atraviesa el tramo urbano del río Manzanares, que une los distritos de Arganzuela y Carabanchel y que, claramente podría haber salido de una escena de Blade Runner o de Matrix.
Bautizado en honor a su ilustre arquitecto, el francés Dominique Perrault, el puente presenta una futurista espiral en forma de tirabuzón con dos brazos, revestido con una malla que se ilumina al caer la noche con un inmenso despliegue de farolas. En su interior, hay bancos de madera para los peatones y un carril para bicicletas. El puente muere sobre una colina con vistas excepcionales al Puente de Toledo.
Madrid Río (Legazpi)
2. Callejón Puigcerdá
Imagen cedida por Madrid Film Office
Si tomas la calle Jorge Juan desde Colón y asciendes por su margen derecha, dirección Velázquez, te cruzarás con un tranquilo tramo peatonal que te traslada en solo un vistazo a ciudades como París, Bruselas o Barcelona. Custodiado por una hilera de edificios de dos alturas de fachadas selváticas de color pastel, el callejón Puigcerdá se ha convertido en uno de los rincones favoritos de fotógrafos de moda y de productores publicitarios. Su réplica se halla en el callejón contiguo y toma nombre de la calle principal: Jorge Juan.
Ahora bien, uno de los encantos de esta calle sin salida, además del silencio, claro, reside el puñado de boutiques especializadas en decoración, moda y belleza. Junto a ellas, convive un puñado de sofisticados restaurantes que nutren con sus terrazas de verano e invierno la estética vintage y señorial de este rincón del exclusivo Barrio de Salamanca. Advertencia: sus precios también parecen hechos a la medida de París.
Calle de Jorge Juan
3. Colonia de Fuente del Berro
Imagen cedida por Madrid Film Office
Adentrarse en esta exclusiva colonia conocida por el nombre del parque que le da su nombre te traslada a lugares como el colonial Coyoacán (CDMX) o al exclusivo El Poblado de Medellín. Tamaña sensación permanece hasta que el paseante se topa con el perfil recortado y mastodóntico del Pirulí, que hace las veces de faro cuando el paseante se halla en este encantador entramado de calles arboladas y en calma.
En un lugar a medio camino entre O’Donell y el Barrio de Salamanca, la colonia Iturbe (en honor a su constructor Gregorio Iturbe) alberga hasta 150 viviendas de una y dos plantas de estilo romántico de principios del siglo XX cuyos residentes pagan una media de 6.000€ por metro cuadrado. Se ha convertido en el exclusivo lugar de residencia de estrellas locales y celebrities internacionales. Entre sus célebres vecinos (y exvecinos): Luis Eduardo Aute, Aitana Sánchez Gijón, Imanol Arias, Xabi Alonso o Alejandra Silva junto a su marido, sir Richard Gere.
Parque de la Quinta de Fuente del Berro
4. Plaza de la Villa de París
Esta plaza ajardinada es toda una rareza en la capital. No es frecuente encontrar un lugar tan verde y agradable sin terrazas, kioskos u otros negocios desperdigados por el espacio, y es precisamente la falta de bullicio lo que dota de una atmósfera curiosa a un rincón que, además, está presidido por la estampa señorial del Tribunal Supremo. Los árboles, las estatuas y los edificios circundantes le dan a la plaza, escondida detrás de Colón, un aire parisino con el que hace verdadero honor a su nombre.
Plaza de la Villa de París
5. Parque Emir Mohamed I
A los pies de la catedral de la Almudena hay un jardín más propio de Granada o Córdoba que de nuestra ciudad. El evidente contraste entre los estilos neoclásico y andalusí no es lo único que impresiona: el tramo de muralla islámica que rodeó Mayrit en el siglo IX, de más de 120 metros de longitud, resiste el paso del tiempo y evoca el pasado árabe de Madrid.
Parque Emir Mohamed
6. Plaza de San Nicolás
San Nicolás de Bari es la iglesia más antigua de la ciudad (data del siglo XII y la corona una imponente torre neomudéjar), un secreto muy bien guardado en las entrañas del Madrid de los Austrias. La plaza de San Nicolás es solo un punto de partida: las calles aledañas, como la del Biombo o la del Espejo, son de una quietud tal que cuesta creer que estemos a pocos pasos de la calle Mayor.
Plaza de San Nicolás
7. Parque de Berlín
Chamartín alberga un parque aparentemente anodino que, en realidad, está lleno de guiños a la capital de Alemania. Hay que afinar la mirada para darse cuenta de que los bloques de hormigón que sobresalen de la fuente son auténticos trozos del muro de Berlín que aún conservan sus pintadas originales. Los tres pedazos de historia (en el sentido más literal posible) conviven con un monumento a Beethoven y un oso de Berlín levantado sobre sus dos patas traseras, símbolo de la ciudad alemana (¿estará emparentado con la Osa y el madroño?).
Parque de Berlín
8. Iglesia anglicana de San Jorge
Nadie espera toparse con una iglesia anglicana en pleno ensanche del barrio de Salamanca. Se nota a la legua que es una parroquia distinta a las demás: el estilo románico y el mudéjar se entremezclan con elementos anglicanos, como la vidriera que representa a San Jorge. Curiosamente, la iglesia pertenece a la Diócesis de Gibraltar en Europa.
Calle Núñez de Balboa, 43
9. Templo de Debod
El Templo de Debod es el ejemplo perfecto, ya que se trata de un lugar emblemático de Madrid que, sin embargo, no acaba de ser madrileño del todo. El monumento, de más de 2.000 años, constituye un viaje al corazón de Egipto desde el centro de la ciudad. Este tesoro de la cultura egipcia fue un regalo del país norteafricano a España tras su colaboración en el rescate arqueológico de los templos del valle de Nubia cuando estos peligraban debido a las inundaciones provocadas por la presa de Asuán. Su traslado a su localización actual, efectuado piedra por piedra, tuvo lugar alrededor de 1972. El templo, además, cuenta también con una ubicación privilegiada, en el parque del Cuartel de la Montaña, desde donde puede observarse uno de los mejores atardeceres de la ciudad.
Parque del Cuartel de la Montaña
10. Barrio chino de Usera
Bautizado como el ‘Chinatown madrileño’, Usera se ha convertido en uno de los barrios más icónicos de Madrid. Los comercios tradicionales y locales típicos de los que está repleta la ciudad son sustituidos en estas calles por tiendas, restaurantes e incluso supermercados regentados por integrantes de la comunidad china en los que conocer su cultura de la forma más auténtica. Un ejemplo de ello es su celebración del Año Nuevo chino, que cuenta con un desfile espectacular y con un programa de fiestas con actividades para todas las edades.
Barrio de Usera
11. Mezquita de la M-30
Se trata del Centro Cultural Islámico de Madrid, inaugurado en 1992 y popularizado como ‘La Mezquita de la M-30’ por su ubicación, en el distrito de Ciudad Lineal. Su fachada, protagonizada por el mármol blanco, es conocida por los miles de conductores que cada día circulan por la M-30. Es la mezquita más grande de España y una de las más grandes de Europa, con una altura de 25 metros y una superficie de 12.000 metros cuadrados. Su arquitectura es su rasgo más característico, de tipo andalusí y con inspiración en la Mezquita de Córdoba. En su interior cuenta con una impresionante biblioteca y con una amplia oferta de actividades culturales para conocer más de cerca la tradición y la cultura musulmanas.
C. Salvador de Madariaga, 7
12. Plaza de Olavide
La plaza de Olavide es un oasis único en pleno corazón del barrio de Trafalgar, en el distrito de Chamberí. No hay otra plaza similar en la capital y quizá su mayor atractivo sea, precisamente, que no se parece ni recuerda a la ciudad en la que está ubicada. Es una plaza arbolada octogonal con parterres y arbustos y un amplio patio central, en cuyo centro se ubica una gran fuente. Desde finales del siglo XIX y hasta 1974 albergó un mercado.
Recientemente ha sido elegida como uno de los lugares ideales para volver tras la pandemia por el periodista Simon Kuper, en el Financial Times. El autor destaca el entorno de «hermosos apartamentos burgueses y calles peatonales», que permiten que la zona esté «tan silenciosa como puede estar el centro de Madrid». En definitiva, es un lugar donde desconectar de Madrid en Madrid.
Plaza de Olavide
13. Cementerio británico
Este camposanto se encuentra en el distrito de Carabanchel, concretamente en la calle Comandante Fontanes, 7. Se fundó en 1854 y alberga aproximadamente 600 tumbas. Desde su creación hasta el año 1883 –año en que se calcula que comenzaron a surgir los primeros cementerios civiles en Madrid–, era el único lugar donde se podía enterrar a quienes no profesaban la fe católica.
Su historia, que es también historia de la capital, está llena de incógnitas y de personajes ilustres de distintos credos y nacionalidades: aquí están enterrados el fundador del Circo Price, William Parish, la familia Loewe, Margarita Taylor –fundadora del Salón de té Embassy– o Emilio Lhardy, fundador del restaurante Lhardy en 1839, que continúa hoy abierto en el número 8 de la Carrera de San Jerónimo.
Calle Comandante Fontanes, 7
14. Frontón Beti Jai
1894 fue el año en que se inauguró el frontón Beti Jai (calle del Marqués de Riscal, 7) en Madrid, una obra del arquitecto Joaquín Rucoba. Su nombre significa «Siempre alegre» o «Siempre fiesta» en euskera, y refleja bien la popularidad de la que gozó el juego de pelota a finales del siglo XIX. Fue declarado Monumento Nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural en 2011.
El edificio, con capacidad para albergar a 4.000 espectadores, funcionó como frontón hasta 1918 y a partir del año siguiente se le dieron distintos usos: taller de Citroën, centro de ensayos de aeronáutica, lugar de ensayo para bandas musicales falangistas, comisaría de policía o cárcel, entre otros. Desde 2015 es un edificio municipal –que se puede visitar con motivo, por ejemplo, de Pasea Madrid– y en 2019 finalizaron las obras de rehabilitación del lugar, coincidiendo con su 125 aniversario.
Calle del Marqués de Riscal, 7
15. Colonia de San Cristóbal
Hay quien insiste en que no se ha escrito lo suficiente sobre las colonias de Madrid. Casi son guetos, simulaciones de lo que podría haber sido la ciudad, pruebas arquitectónicas y en un sentido práctico: lugares concebidos para colectivos de trabajadores. Uno de esos colectivos es el de los trabajadores de la EMT, para quienes fueron construidas alrededor de 800 viviendas.
La Colonia de San Cristóbal (25 bloques en tres filas de seis) está casi a los pies de las cinco torres y la foto que se puede tomar desde abajo representa una reducción simbólica del Madrid del siglo XX y el del siglo actual.
Entre el paseo de la Castellana y las Cuatro Torres
16. El pasaje Doré
Un bar que no tiene interior en el que sentarse y balconea a la misma calle, una frutería y una pollería que hacen lo mismo, la entrada a un mercado, las taquillas de un cine, una ferretería, una escuela de flamenco o antiguamente el Cabaret Satán. Es difícil que una calle tan pequeña sea capaz de reunir tantísimos elementos. El horror vacui hecho pasaje.
El pasaje Doré, que une Santa Isabel con Atocha, recuerda a una (cualquiera) calle francesa. Es un lugar de tránsito vecinal y uno de esos lugares en los que si te sueltan en Google Maps sin darte más referencia no sabrías decir dónde estás.
Cerca del Metro de Antón Martín
17. Colonia del Pico del Pañuelo
El amarillo pálido de las fachadas, el monotema estructural, la ausencia de hierro forjado en sus balcones (la ausencia de balcones) o la escasa proliferación de coches hacen del paseo por sus calles una certeza: la de que no hay casi nada parecido en toda la ciudad.
¿El porqué de su nombre? La referencia es tan sencilla que va explícita en el nombre: no necesita casi aclaración. Visto el mapa de la colonia en planta, la colonia se parece a un pañuelo doblado.
Frente a Matadero
18. Colonia de Madrid Moderno
Las casas del Madrid Moderno (casas de estéticas modernistas ubicadas en el barrio de Guindalera) se empezaron a construr en 1890 y fueron derribándose durante los años 70 del siglo pasado mientras algunos de los vecinos se posicionaban en contra de este destrozo. Y a pesar de que en su momento se construyeron un centenar de casitas modernistas, ahora solo quedan una decena de casas en pie y están distribuidas entre la calle Castelar y la calle Roma.
Al lado de Las Ventas