
Gia McKillen Olszowska y Florent Tortot tienen apenas un cuarto de siglo y son los responsables de que el barrio de Salamanca tenga una pastelería con alma francesa. Abrieron Galia (calle del General Díaz Porlier, 3) a finales de 2024, a escasos metros de la plaza de Felipe II, con una propuesta que no ha pasado desapercibida en estos meses: bollos impecables, pasteles con ingredientes de media Europa y un brunch de fin de semana que va de lo clásico (croque-madame) a lo inesperado (shakshuka).
En Galia todo tiene un pedigrí. La mantequilla viene de Normandía, la vainilla de Madagascar y el pistacho de Sicilia. Los croissants artesanales de Florent Tortot vuelan en las primeras horas del día, y los éclairs se han convertido en los favoritos de los clientes.
Brunch de fin de semana y vinos franceses
Los sábados y domingos, de 11:00 a 16:00, Galia se transforma en una brunchería a la francesa. Se pueden encontrar tostadas con aguacate y parmesano (7,50 €), sándwiches de pastrami (14,50 €), shakshuka (13,50 €) y hasta torrijas francesas con crema de chantilly y frutas rojas (13,50 €). La pastelería también tiene una extensa selección de café de especialidad, tés y, para sorpresa de algunos, vinos: blanco, tinto y rosé.
De Mónaco a Madrid
La realeza monegasca y Max Verstappen cayeron rendidos ante los dulces de Tortot durante su etapa en Mónaco. Ahora, el chef pastelero quiere repetir la jugada en Madrid, con una carta de pastelería que incluye desde un «trompe-l’œil» de lima hasta un snickers reinterpretado en clave francesa.
Si la premisa de que la pastelería francesa es cara es cierta, también lo es que cada vez hay menos sitios donde desayunar en Madrid por menos de 15 euros. En Galia, esa cifra se alcanza rápido, pero hay algo que parece justificarlo: cada pastel, cada croissant y cada éclair tiene la precisión y el cuidado de quien sabe que la pastelería es un arte como cualquiera de los otros siete.
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