Dani García es posiblemente el cocinero andaluz con más proyección internacional. Su presencia en Madrid es buen termómetro para medir el estado de salud del que goza la gastronomía madrileña. Y su nuevo delivery es también otro termómetro de una realidad visible desde el confinamiento: los grandes chefs (véase Dabiz Muñoz con GoXo) no hacen asco al servicio a domicilio y han visto en él un nicho de mercado.
La Gran Familia Mediterránea, que es como se llama el nuevo delivery de García, difícilmente tiene referencias en otras páginas de servicio a domicilio. Para explicar este novedoso formato es acertado encontrar la comparación con un espacio físico. Y el espacio físico que más se parece a La Gran Familia Mediterránea podría ser un mercado gastronómico.
Y es que el nuevo proyecto de García está compuesto por ocho ejes. Cada eje es, por así decirlo, un tipo de gastronomía y cada tipo de gastronomía la encarna un personaje ficticio. La idea, dijo García en la presentación del proyecto, se inspira en 13, Rué del Percebe y en La gran familia española, la película de Sánchez Arévalo.
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Cada uno de estos ocho ejes gastronómicos pretenden cumplir de forma holística todos los gustos de la familia. ¿Uno quiere sushi y otro mexicano? Aquí está la solución. La solución del sushi, por cierto, sería Madame Wasabi; y la del mexicano, Pancho Suey. El resto de los personajes son Bocatas García, Molta Mamma, La Tita Brava, Sr Brasas, Shanna y Mixter. Y puedes comprobar lo que te ofrece cada uno de ellos en este link.
Dani García sabe que lo que funciona no hay que tocarlo y por eso incluye algunos de los platos que le funcionan en otros de sus restaurantes.
El proyecto, por ahora, ha desembarcado en Madrid, en Barcelona y en Marbella, pero la intención es extenderse a casi toda España a través de 20 cocinas más.
La comida puede ser arrogante y un menú costar un porcentaje muy alto del sueldo, claro, pero Dani García (igual que ya lo hiciera durante el confinamiento cuando nos mostraba cómo hacer sus recetas) aspira a democratizar su cocina. ¿Cómo? Ofreciendo sus creaciones –recordemos, las creaciones de un cocinero con tres estrellas Michelin– al mismo precio que cualquier restaurante de turno.