Los instantes de tensión antes de llegar al aeropuerto son todo un clásico a la hora de viajar. Ese autobús que no pasa, el metro que llega tarde y las carreras a contrarreloj por las terminales para encontrar la puerta de embarque a minutos del cierre tienen los días contados.
Adif ha anunciado el comienzo de las obras que crearán una conexión ferroviaria de alta velocidad entre la capital y el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Así, la estación Chamartín-Clara Campoamor se convierte en un eje principal de transporte multimodal.
El proyecto enlazará a la Terminal 4 con la estación de Chamartín y la instalación de la infraestructura ferroviaria de alta velocidad no alterará el curso de los trenes que pasan actualmente por la estación. Dado que las líneas de Cercanías con paso por ella no se verán alteradas, el recinto solo sumará nuevas conexiones. De este modo, Chamartín se convertirá en un punto estratégico que, además, beneficiará a los tráficos de los corredores norte-noroeste, de Levante, del sur y del corredor de Barcelona.
Una gran apuesta por la movilidad multimodal
El plan, que cuenta con una inversión de 24,5 millones de euros, conectará Chamartín con Barajas en un trayecto de 3,5 kilómetros de vías en apenas 10 minutos. Además, tampoco tendrá trasbordos por lo que la duración del viaje no se verá incrementada por otros tiempos de espera.
La financiación de los trabajos provienen de los fondos de la Unión Europea. Estos se encuentran dentro de los presupuestos del programa de Next Generation, acción destinada a fomentar la recuperación, la transformación y la resiliencia de los países miembros con motivo de la pandemia.
El pasado viernes, el BOE publicó la autorización de la limpieza del terreno. Asimismo, la duración estimada de las obras es de 17 meses. Con ello, más allá de establecer una conexión rápida entre el transporte ferroviario y aéreo de Madrid, se espera convertir la estación en un centro de movilidad. Adecuándose a las nuevas formas de desplazamiento y a las demandas de los usuarios, la estación de Chamartín se convertirá en un enclave estratégico para el transporte.