
El Ayuntamiento de Madrid mantiene su programa de subvenciones a la movilidad sostenible dentro del plan Cambia 360. Y ofrece hasta 400 euros por bici a quienes apuesten por dejar el coche y moverse de forma más limpia. La medida está pensada para reducir emisiones, sí, pero también para convencer a quienes aún están dudando si merece la pena o no hacerse con una.
Quién puede pedir la ayuda (y qué bicis entran)
La ayuda cubre hasta el 50 % del coste del vehículo, con un tope de 400 euros, pero hay varios requisitos técnicos que hay que cumplir. La bicicleta tiene que ser nueva, de asistencia eléctrica al pedaleo (es decir, no vale cualquier bici con motor), no superar los 250 vatios de potencia y cortar el empuje al alcanzar los 25 km/h o si se deja de pedalear.
Además, debe contar con luces delantera y trasera, guardabarros y pata de cabra. No se admiten bicis de segunda mano, ni compradas fuera del periodo establecido.
La convocatoria está abierta a mayores de edad empadronados en Madrid antes del 15 de abril de 2025, que adquieran la bicicleta entre el 1 de octubre de 2024 y el 30 de septiembre de 2025. Ni antes ni después.
Cómo pedir la ayuda de 400 euros
El trámite se hace exclusivamente online a través de la sede electrónica del Ayuntamiento de Madrid, en la sección de Micromovilidad. Es gratis y no hace falta certificado digital. Solo hay que rellenar el formulario, adjuntar el DNI o NIE, la factura de compra y el justificante de pago. Una vez aprobado, el dinero se ingresa directamente en la cuenta del solicitante.
El presupuesto total del programa asciende a 200.000 euros y, según los últimos datos, aún queda más de 140.000 euros por repartir. Eso sí, las solicitudes se aprueban por orden de llegada.
Menos alquiler, más bici propia
Esta ayuda llega en un momento en que los servicios de alquiler de bicis eléctricas han menguado en Madrid. Tras la retirada de compañías como Bird, Lime o Dott, hacerse con una bici eléctrica propia es una alternativa más que razonable.
También es un empujón más hacia una movilidad urbana sostenible, una de esas expresiones que suenan a titular de informe técnico, pero que cada vez requieren de más peso en la vida diaria: menos coches, menos ruido, menos dióxido de carbono y más espacio para moverse.