El Retiro recuperará la Montaña de los Gatos tras veinte años cerrada
El Ayuntamiento de Madrid recuperará un espacio del siglo XIX que permanece vallado desde hace veinte años.
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El Ayuntamiento de Madrid recuperará un espacio del siglo XIX que permanece vallado desde hace veinte años.
Podría ser que una persona condujera un coche, pasara por la esquina noreste del Retiro, viese una montaña vallada y no se sorprendiera: esa es la imagen con la que ha convivido toda su vida. Esta anécdota apócrifa ejemplifica el olvido histórico al que ha estado sometido la Montaña Artificial del Buen Retiro, también conocida como la Montaña de los Gatos –por la presencia de gatos silvestres o porque la gente abandonaba sus gatos en los alrededores.
La Montaña de los Gatos no se puede visitar desde hace 20 años –cuando tuvo lugar una última exposición en el interior de la montaña–, pero hoy el Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde a la recuperación de este simbólico y artificial monumento de un parque que es Patrimonio de la Humanidad.
La pequeña colina fue construida en 1817 por orden y capricho del monarca Fernando VII. Su forma es particularmente reconocible por los senderos ajardinados que la cubren, así como por las tres cascadas artificiales que abrazan a la propia montaña.
El agua (que se filtra en el interior de la instalación) es precisamente uno de los motivos por los que no se ha podido acceder durante los últimos 20 años. Así, en esta reforma también se renovará la iluminación y el sistema de riego. Las obras comenzarán en septiembre de 2022 y se ejecutarán en siete meses.
La Junta de Gobierno ha aprobado un presupuesto de 2,6 millones de euros para recuperar este monumento del siglo XXI. Previsiblemente, la Montaña de los Gatos estaría visitable en abril de 2023.
La Montaña Artificial está en claro deterioro y lleva dos décadas cerrada por la falta de seguridad. La última vez que la intervino en el Ayuntamiento fue en 2004 para vallarla y en 2018 pretendió renovar la estructura. El entonces Ayuntamiento liderado por Manuela Carmena convocó un concurso público con la intención de rehabilitar el espacio, pero el concurso quedó desierto.