El 25 de julio se ha convertido desde 2021 en una de las efemérides a recordar más importantes de la capital. Y es que si hace cuatro siglos el paseo del Prado fue la primera zona verde en una ciudad europea, desde el año pasado es también el primer espacio verde urbano en ser considerado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Un reconocimiento que el Comité de expertos otorgó a la candidatura de Madrid –a pesar de que factores como la elevada contaminación la hicieran peligrar–, convirtiendo así a ‘El Paisaje de la luz’ (parte del paseo del Prado, el parque de El Retiro y el barrio de los Jerónimos) en Patrimonio Mundial.
El eje Prado-Retiro es un espacio urbano compuesto por 190 hectáreas, de las cuales el 75% son espacios verdes. El nombramiento premia la unión entre cultura y naturaleza, así como también la representación de distintas influencias arquitectónicas, su asociación con las tradiciones vivas y el hecho de tener un templo representativo de una construcción o conjunto.
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Madrid era, hasta el año pasado, la única capital de Europa occidental sin ningún bien en la lista de Patrimonio Mundial (no así la región, que incluye el Monasterio y sitio de El Escorial, el Paisaje cultural de Aranjuez y el hayedo de Montejo). De ahí la importancia de la noticia para la capital.
De ahí y de los tiempos manejados: tras una fallida convocatoria en 1992, Madrid estuvo siete años preparando el nombramiento de ‘El Paisaje de la Luz’ como Patrimonio Mundial. Y es algo que se ha conseguido con independencia del signo político que ocupase el poder: las tareas las empezó Ana Botella, las concretó Manuela Carmena y las culminó José Luis Martínez-Almeida.
‘El Paisaje de la Luz’, un año después
Hace un año los fuegos artificiales celebraban la noticia de este reconocimiento sobre el que Andrea Levy, delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte de Madrid, dijo que se trataba de «una oportunidad de mejorar la gestión de la ciudad hacia modelos más contemporáneos y sostenibles con compromisos con la UNESCO». Por su parte José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, declaraba que «es un orgullo inmenso que nuestra ciudad entre en la lista del Patrimonio Mundial”.
Durante este primer año, se han llevado a cabo iniciativas de divulgación y difusión acerca del entorno comprendido dentro de la candidatura madrileña, que van desde rutas guiadas gratuitas o exposiciones a la celebración del Año Sabatini en 2021 –autor, por ejemplo, de uno de los iconos del conjunto como es la Puerta de Alcalá– o la del Año Benlliure este 2022, cuya obra «fue especialmente significativa para la configuración de algunos de los espacios culturales más destacados del Paisaje de la Luz«, señala el Consistorio.
Por otro lado, el Ayuntamiento de la capital ha señalado en una nota informativa que «en los próximos meses, el ‘Paisaje de la Luz’ contará con un Centro de interpretación proyectado por el arquitecto Jorge Ruiz Ampuero». Estará en CentroCentro, en el Palacio de Cibeles, y «a lo largo de sus 296 m2 aproximará a los visitantes a los valores universales del bien protegido por la UNESCO«.
La Puerta de Alcalá y la sostenibilidad
Precisamente la Puerta de Alcalá, uno de los iconos del ‘Paisaje de la Luz’ y de la capital, se encuentra inmersa en un proceso de restauración que la mantendrá tapada hasta finales del mes de septiembre por una lona. No obstante, el monumento se podrá visitar gratis y de la mano de un guía desde su cornisa, una actividad para la que se podrán conseguir entradas en este enlace desde este miércoles 27 de julio a las 10h.
Su restauración, por otro lado, ha reabierto el debate sobre el entorno que la rodea, ya que uno de los motivos por los que se tambaleó la candidatura de Madrid fue la elevada contaminación. Esto vuelve a poner sobre la mesa una cuestión que aborda esta pieza de Somos Madrid: la de si no debería Madrid proteger el monumento de los coches, como ya hacen otras capitales europeas como Berlín, París o Roma.
La voluntad era entonces y sigue siendo hoy –como no puede ser de otra forma– la de conservar este honor que tantos años le ha costado a Madrid conseguir. Y eso es algo que requerirá acercar el ‘Paisaje de la Luz’ a un modelo de ciudad sostenible y coherente con los perjuicios que provocará el cambio climático: la candidatura tendrá que cumplir con los estándares de sostenibilidad que ha prometido para la zona.