
Croquetas, bravas, tortillas de patatas…después de tantas rutas, pensaréis que aparte de aumentar nuestro colesterol y nuestra talla de pantalón, estaremos ya cansados, pero no. Nuestra señora gula es muy poderosa y Madrid tiene tantos rincones por descubrir donde saciarla que es imposible descansar un sólo día. Esta vez nos ha dado por las tostas, porque combinan el pan, que nos chifla, y prácticamente cualquier cosa encima, así que…¿qué más se puede pedir? Allá van:
- Casa González: en este ultramarino con muuucha solera (lleva en pie desde la República) no sólo puedes disfrutar de las tostas ¡y qué disfrute! También tienen unas raciones que quitan el hipo, pero como fuimos a lo que fuimos, nos pusimos finos con la tosta de mousse de queso del Casar con pimientos de piquillo y la de morcilla de cebolla.
C/ León, 12
- La casa de las tostas: con este nombre, está claro que su especialidad no es la comida mexicana. Su carta es muy extensa y variada, lo que hace que este pequeño (literalmente) lugar nos guste aún más. Las tostas son bastante grandes y las hay para todos los gustos: desde las más clásicas a otras algo más originales. La de carne gallega con cebolla caramelizada es un placer para los sentidos.
C/ Argumosa, 29
- El capricho extremeño: es una opción más que buena para reponer fuerzas tras pasear por el rastro, pero justo ese día es imposible conseguir entrar a pedir algo y poder elegir se vuelve más complicado. Aún así, si consigues llegar hasta la barra no dejes de pedir la de queso con frutos rojos. Está genial. Si la acompañas con su fantástica sangría con canela, tendrás una comida de 10.
C/ Carlos Arniches, 30
- La Piola: uno de muchos (demasiados) de esos bares con sillas desiguales y con encanto en el que no sólo puedes tomar unas buenas tostas, sino que también puedes disfrutar de un buen café (aunque el trato no es el más simpático del mundo). Pero aquí el kit de la cuestión era el pan bien acompañado y en la Piola no lo ligan con cualquiera. Su crostino (tosta de pan con tomate y mozzarella fundida con orégano) es un clásico y nos conquistó.
C/ León, 9
- Taberna la Tosta: sus tostas entran mejor si las acompañas de su sangría, bastante conocida entre sus clientes. Aunque si no eres amante de ese elixir líquido siempre puedes tomarlas con una buena caña. La de solomillo de buey con salsa de cebolla es todo un placer y aún más con el buen trato del servicio, muy amables y atentos en todo momento.
C/ Victoria, 8
- Kaixo: es una taberna de cocina vasca y ya se sabe que a los vascos les gusta comer en cantidad, por lo que sus tostas son tamaño XL y las podéis acompañar (si os queda hueco) de sus raciones, también bastante generosas.
C/ Barcelona, 12