Hablamos con Boa Mistura, cuatro artistas callejeros criados en Madrid que han dejado su huella por medio mundo con la vista siempre puesta en cambiarlo.
El antropólogo francés Marc Augé acuñó el término de «no lugar» para referirse a esos espacios de tránsito en la ciudad en «un mundo prometido a la individualidad solitaria, a lo provisional y a lo efímero». Un mundo de megalópolis en cuyas plazas hay terrazas de bares y escaparates, pero no hay bancos donde sentarse.
Por eso los chicos de Boa Mistura (en portugués, «buena mezcla»), cuatro artistas madrileños curtidos en la cultura del graffiti, hablan de la necesidad de dignificar los espacios públicos, de involucrar a los ciudadanos para hacer de la ciudad su espacio, en el que manden ellos y esos pocos de siempre. Y todo ello a través del arte en la calle. Desde su cuartel general en Conde Duque organizan intervenciones artísticas en el espacio público con el objetivo de involucrar a la comunidad, estrechando los lazos entre sus miembros y tratando de llegar allí donde los gobiernos no llegan, o llegan mal.
1. ¿Cuánto de cambio social hay inherente en el arte?
Mucho más de lo que pensamos. El arte es una herramienta muy potente para dignificar espacios y eso hace que nos sintamos más conectados y parte de ellos. Una intervención en el espacio público puede ser la chispa inicial para que los usuarios comiencen a percibir su papel en la ciudad y en la sociedad de otra forma y se involucren en su transformación.
2. ¿Qué cambio social necesita Madrid?
Más empoderamiento. Necesitamos que la gente sea más partícipe de la ciudad en la que vive, que todos interioricemos nuestro papel como creadores de ciudad (y por lo tanto de sociedad) y nos involucremos en la toma de decisiones.
3. ¿Cómo puede transformar la expresión artística la vida de la gente y en qué ejemplos de la ciudad de Madrid puede verse esa transformación?
La expresión artística tiene la capacidad de emocionar, de llamarnos la atención y hacernos reflexionar. A menudo esto nos ayuda a estimular nuestro pensamiento crítico y a ver la ciudad de una forma nueva. A nosotros nos llaman particularmente la atención las piezas que dirigen esa transformación a humanizar la ciudad y hacerla más vivible, como por ejemplo la intervención de SpY en la Plaza Mayor, creando una zona de césped en un lugar que nunca nos hubiésemos imaginado.
4. ¿Cómo afecta una obra colectiva a la comunidad del entorno en el que se realiza?
Este tipo de procesos ayudan a fortalecer el sentimiento de unión y cooperación en las comunidades. Es impresionante ver cómo los vecinos comienzan a interactuar y ayudarse, comienzan durante la intervención pictórica y, una vez nos hemos ido, muchos de esos lazos perduran y se desarrollan por sí mismos.
5. ¿Es necesaria hoy una cohesión en los barrios de Madrid que no era necesaria antes? ¿A qué se debe?
Sí, la cohesión entre vecinos es más necesaria que nunca. Para nosotros tiene mucho que ver con la pérdida de identidad y con la necesidad de recuperar las raíces y el sentimiento de barrio.
6. ¿Por qué elegisteis el barrio de San Cristóbal de los Ángeles para uno de vuestros grandes proyectos en Madrid?
En realidad fue elegido por Basurama porque era un agente que llevaba trabajando muchos meses en la zona. Nosotros nos sumamos a colaborar más tarde, invitados por ellos y estamos encantados de haberlo hecho.
7. ¿Cómo se reflejó vuestra dinámica de fortalecimiento de la comunidad una vez acabado el proyecto en el barrio?
Esa intervención significó la puesta en marcha del proyecto «Autobarrios San Cristóbal», un proceso muy ambicioso para recuperar espacios vecinales en el acceso al barrio. Después de meses de dinámicas y reuniones, los vecinos comenzaron a ver con sus propios ojos los resultados y les ayudó a creer en el proceso y unirse a él aun con mayor fuerza.
8. Nos encantó vuestro proyecto Sii ni mashujaa, que en swahili significa “somos héroes”. ¿Qué héroe tiene Madrid y cuál es su superpoder?
En realidad son todas las personas que intentan hacer de esta ciudad un lugar más amable y cercano. Una de ellas podría ser Manuela Carmena, pero estamos seguros que hay muchísima gente que desconocemos que se esfuerza cada día por lograr un cambio.
9. ¿Y cuál es su villano?
La contaminación.
10. ¿Recordáis dónde fue vuestro primer graffiti?
Pues como no podía ser de otra manera, fue en Alameda de Osuna, el barrio en el que crecimos y donde nos juntábamos todas las tardes para pintar juntos en la calle.
11. Un sitio donde os gustaría pintar en Madrid.
Nos encantaría intervenir la Cañada Real. A veces nos olvidamos, pero esta clase de asentamientos espontáneos y conflictivos también forman parte de Madrid y no podemos darles la espalda. Nos parece muy interesante la existencia de una barrera virtual a pesar de ser un sitio que está tan cerca de la trama urbana consolidada. Para nosotros representa el reto de demostrar que nuestra metodología funciona también en nuestro país.
12. ¿Dónde o cuándo pierde el arte su valor social para convertirse en una forma más de consumo o de postureo?
En el momento en el que un agente externo, como una marca o una galería, interfieren en el proceso de creación del artista. Para nosotros, el proceso de investigación creativa de un artista debe ser lo más puro y libre posible.
13. ¿Cómo se ve una ciudad como Madrid después de estar trabajando en sitios como Kenia, Chile, Paraguay, México, Argelia, Brasil…?
Justamente con respecto a esos sitios, vemos Madrid (y casi toda Europa) como lugares un poco carentes de humanidad. Por desgracia es un denominador común dentro de las grandes ciudades «desarrolladas».
14. ¿Por qué salir de Madrid y por qué volver a ella?
Salimos porque el mundo está lleno de lugares impresionantes en los que aprender y en los que dejar un poquito de nosotros y de nuestro trabajo. Volvemos porque es nuestra casa y pese a todo, la queremos con locura.
15. Graffitti y vandalismo. Arte callejero como arte de segunda. ¿Hasta cuándo?
Para nosotros desde luego no es arte de segunda. Es una forma de expresión con sus motivaciones y su línea estética, como muchas otras. Por suerte cada vez son menos las personas que ven esa barrera entre el graffiti y otras formas de arte.
16. Una galería en Madrid.
Nosotros trabajamos con Ponce + Robles (ríen).
17. Y un artista callejero de Madrid que se merezca estar en una galería.
SpY.
18. ¿Cómo es el proceso burocrático para pintar legalmente en las calles de Madrid?
Lo desconocemos, hasta la fecha no hemos hecho ninguna intervención legal por nuestra cuenta (sonríen).
19. Una obra que no nos podamos perder en el espacio público de Madrid.
Un paseo por la Tabacalera.
20. Y una obra de galería.
El Guernica.