El restaurante en el que se fijó Isabel Coixet para su serie Foodie Love, un recurrente (y pionero) en las menciones al auge de la calidad gastronómica de los mercados de Madrid o directamente uno de los mejores japoneses de la ciudad. Hay muchas formas de aproximarse a Yokaloka, el restaurante que gestiona Yoka Kamada a pocos metros bajo tierra y que después de más de quince años (abrió en 2007) ha salido a la calle.
Yokaloka ha abierto esta semana su segundo local a apenas unos pasitos del propio mercado: en el número siete de la plaza Matute. “No hemos salido del mercado; para mí, el mercado Antón Martín es más como mi casa. Sin embargo, enfrentamos muchas limitaciones en la parte de la cocina. Estamos creciendo y necesitamos una cocina más grande y profesional”, dice Yoka Kamada a Madrid Secreto.
Un nuevo restaurante
Un nuevo espacio amerita unas nuevas posibilidades y consecuentemente una nueva carta que la propia Yoka Kamada define como una “carta de fuego” dado que la nueva cocina permite acceder a técnicas con las que no cuenta en el mercado. Algunas de ellas: carbón, freidora, horno o plancha.
La carta, de este modo, incorpora algunas cosas nuevas y al respecto dice la propietaria: “la carta incluye una mayor variedad de sake, tapas japonesas, pescados y pinchos de pollo al carbón, sushi con tempura, entre otras opciones. Estamos creando muchas oportunidades nuevas en estos dos meses”.
El cruce entre modernidad y tradición
Este nuevo Yokaloka también quiere conquistar desde lo visual y no solo desde lo gustativo. Es por eso por lo que la apuesta por la decoración es firme y consecuente: “la decoración está inspirada en una casa japonesa de las épocas de Meiji y Taisho, hace aproximadamente 100 años. Fue una época en la que la cultura europea empezó a influir en Japón, creando una mezcla que me fascina. El nuevo local se encuentra en un edificio de esa época, así que hemos pensado en un diseño con cuerpo madrileño y corazón japonés”, dice Yoka.
El nuevo o viejo y renovado restaurante se entiende como una evolución del anterior. Una forma que se entiende desde la mezcla entre la tradición y la innovación –algo que se ejemplifica a través de lo decorativo. Un nuevo local que “no solo refleja nuestro crecimiento como equipo, sino que también nos permite experimentar con técnicas y equipos más avanzados, como la cocina al carbón, para deleitar aún más a nuestros comensales”.