En todos los puntos cardinales de los alrededores de Madrid están surgiendo nuevos centros comerciales, unos terminados y otros en construcción todavía, pero todos con una línea estética compartida. Son grandes, blancos, curvilíneos y con zonas verdes que incluyen agua. Oasiz, el macrocentro comercial de Torrejón de Ardoz, se inauguró hace cuatro años y ha marcado la línea que ahora siguen la mayoría de las nuevas aperturas.
Valdebebas Shopping es uno de los grandes exponentes de este nuevo estilo arquitectónico, que además aspira a ser el centro comercial más grande de la región, con sus 400.000 metros cuadrados. Por supuesto, estéticamente cumple con cada uno de los preceptos que Erik Harley, experto en estudios urbanos, ha definido como «neutro-blandita», y desarrolla: «Intenta aparentar sofisticación mediante la homogeneidad, pero en el fondo esconde una arquitectura profundamente vacía, tanto en valores como en función urbana».
Además de la apariencia, a nivel negocio también entraría en lo que Harley tan exitosamente ha conceptualizado en pormihuevismo: «Es una nueva etapa de pormishuevismo. Pero una etapa más blanqueada, literal y simbólicamente. Una fase donde el exceso ya no es volumétrico, sino promotor: mucho ruido, muchos renders, muchas promesas… y poca sostenibilidad real, económica o ambiental».
Esta definición, que el investigador ha trabajado desde el 2020 en sus tours, volverá a ser el hilo conductor de sus rutas por Madrid, Valencia y Barcelona a partir de septiembre.
Centros comerciales con grandes aspiraciones
Quizás el mayor ejemplo de esta nueva ola es un centro comercial que lleva 7 años en construcción, pero todavía sigue sin fecha de inauguración concreta. El complejo Solia Madrid, en El Cañaveral, se anunció en 2018 y pretendía unir ocio, deporte y comercio con una playa artificial gigante de olas en el centro, pero 2020 llegó y la promotora dejo de hacer comunicaciones, aunque algunos medios como Madrid Diario hasta hace un año informaban que su apertura sería a finales de 2025.
La de LaFinca Grand Café es la versión más cuidada, pequeña y lujosa, atendiendo también a la realidad de la zona, una de las ás ricas de Madrid. En este centro comercial se puso el foco en la restauración y esperaba alojar al próximo y renovado DiverXO, pero finalmente Dabiz Muñoz anunció que el cambio no llegaría. Por último, Dani García, otro de los grandes de la cocina española con dos estrellas Michelin, ha cerrado recientemente su restaurante Lobito de Mar en este complejo.
Así, entre aperturas desinfladas, fin de obras que no llegan y una nueva obsesión por introducir estanques o piscinas que parezcan lo más naturales posible y que compensen el blanco omnipresente de estos edificios parece que se ha consolidado un nuevo estilo urbanístico en Madrid.