El futuro del urbanismo madrileño (y universal) parte de la peatonalización de determinadas calles de la ciudad. El Covid ha empujado a grandes urbes a una nueva forma de pensar las ciudades y la mayoría de ellas parten de la idea de hacerlas más accesibles al peatón. Eso es lo que se conseguirá en las calles aledañas a Gran Vía: concretamente al entorno del Mercado de Mostenses.
El entorno de Mostenses es una zona de relativa polémica consistorial que no esquivaron antiguos alcaldes de la capital como Alberto Ruiz Gallardón o Manuela Carmena. Fue precisamente bajo el mandato de esta última cuando se convocó el concurso de ideas European 14 que contemplaba (a partir de un estudio desarrollado por el grupo de arquitectura Furii Studio) la reforma de seis plazas cercanas a la Gran Vía. Esta propuesta era preliminar y ahora la ha retomado la consultora Prointec, encargada de estudiar la viabilidad bajo la dirección de los técnicos del actual equipo consistorial.
El área de Obras del Ayuntamiento de Madrid, capitaneado por la delegada Paloma García Romero, trabaja en la peatonalización de las calles Antonio Grilo, San Ignacio de Loyola, Travesías de la Parada y de las Beatas. Este trabajo está en fase de ser redactado y afectará a la remodelación de la plaza de Mostenses así como de su propio entorno.
La voluntad del Ayuntamiento es la de implantar pérgolas, alumbrados, arbolado y asfaltado nuevo, llevando así a cabo un cambio de cara absoluto en una zona tan céntrica y cercana a puntos neurálgicos de la ciudad como son Gran Vía o plaza España. Ayer mismo Paloma García Romero indicó que esta reforma sustancial de la zona es un trabajo “posible y positivo” y que a falta del visto bueno de Movilidad y Medio Ambiente, la previsión del Ayuntamiento es la de empezar las obras en apenas tres meses: enero de 2022 es la fecha fijada.L