El pebetero Covid no ha recuperado todavía su llama eterna. Si bien estaba previsto que esta se volviese a prender a finales de este mes de marzo, todavía se desconoce la fecha definitiva para su segunda inauguración. De hecho, la pieza de acero no ha regresado todavía a su enclave debido a problemas en la llegada de materiales. Así se lo adelantó el Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid al diario ABC, señalando la escasez de estos, principalmente de hormigón, como el principal motivo de retraso de los trabajos de recuperación.
Actualmente, la localización permanece vallada y repleta de restos de las obras. Estas consisten en la adaptación de la isleta sobre la que se situaba el pebetero a una nueva mediana. Iniciadas el pasado mes de febrero, implicarán también la renovación de todo el bordillo perimetral y la recuperación del césped de su alrededor.
Otros inconvenientes
Otra de las restauraciones precisadas es la de la acometida que proporciona el suministro de gas propano. Fue precisamente un problema de previsión en el consumo de este el que causó que el pebetero se apagase dos días después de su inauguración. En aquel momento se acometieron unas obras para solventar este inconveniente que consistieron en la creación de un sistema de gas que no requiriese de mantenimiento constante.
Fue el pasado mes de noviembre cuando el pebetero sufrió un nuevo parón en su funcionamiento debido a un acto vandálico. Se trató de un ataque nocturno que destrozó el nuevo sistema de gas que había sido instalado, impidiendo la continuidad de su llama, que en un principio debía funcionar las 24 horas del día.
Un recordatorio de las víctimas
Ubicado en la emblemática plaza de Cibeles, el homenaje fue concebido como un recordatorio en memoria de los madrileños fallecidos por coronavirus durante la pandemia. Su instalación tuvo lugar durante la festividad de San Isidro del año 2020. El pebetero de acero negro, acompañado de una placa que reza: «vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón», espera aún la recuperación de su llama eterna.