“Madrid es la única capital europea de origen islámico”, dice a mitad de conversación telefónica Irene Suárez, coordinadora de divulgación de la Fundación de Cultura Islámica. El dato –que casi suena a revelación– lo pone en contexto: “las historias del Madrid andalusí tienen muy poca visibilidad”.
En ese sentido se entiende también que la Fundación de Cultura Islámica –cuya labor esencial es la divulgación– lanzara un proyecto llamado Centro de estudios sobre el Madrid islámico, creado con una intención: recuperar el patrimonio islámico de la ciudad.
Parte de ese patrimonio se esconde bajo nuestros pies. La Fundación estudia la presencia y el discurrir de los qanats: “las infraestructuras hidráulicas que se introdujeron con la revolución verde y científica que se trajo en la época de Al-Ándalus”, dice Irene Suárez.
Recientemente y tras unas investigaciones colaborativas con arqueólogos se encontraron con uno bajo la plaza de los Carros, en pleno barrio de La Latina. “Nos alarmamos porque no había nada que lo señalizara (aunque es una constante en el patrimonio islámico de Madrid) y le propusimos al Ayuntamiento museizar la zona”, dice Suárez.
El Ayuntamiento no aceptó la museificación –que pasaba por acristalar el pavimento para que se viese y comprendiera mejor el qanat– pero sí una placa que reconocía la existencia del espacio. A la placa le acompaña un código QR con información relativa a los viajes de agua, útiles en Madrid hasta la creación del Canal Isabel II.
Rutas por el Madrid Islámico
La aspiración del reconocimiento del patrimonio islámico de Madrid no pasa solo por la instalación de placas y por la visibilización de elementos arqueológicos. La Fundación de Cultura Islámica también hace congresos con especialistas y organiza visitas guiadas gratuitas explicadas por divulgadores y que conectan el Madrid de hace mil años con el actual. Actualmente hay en marcha dos tipos de rutas cuyas fechas se anuncian en la cuenta de Instagram de la Fundación.
La primera es por el Madrid Andalusí: un recorrido por lugares relevantes como la parte de la Al-Mudayna, donde estuvo el Alcázar; por detrás de la cripta de la Almudena, donde están los restos de la muralla del siglo IX (que son los restos más antiguos de la muralla de Madrid) o por la zona de la Morería. Es un recorrido que nace en mediados del siglo IX y acaba en la conquista cristiana de Madrid.
La segunda ruta es por la zona de los Austrias y en ella se desarrollan historias vinculadas a la supervivencia. El relato relativo a los moriscos o a la inquisición es una parte fundamental. “Son historias con poca visibilidad que hemos investigado en los archivos de la inquisición. Contamos historias reales”, dice Irene Suárez.
Dice Andrés Trapiello en su libro sobre Madrid que las ciudades se dejan contar como las personas, por el final o por el principio, por su remota infancia. Madrid, sin embargo, rara vez se cuenta desde sus inicios. Las visitas guiadas de la fundación solventan esta parte pocas veces contada del relato.