Con la perspectiva del paso del tiempo, las crisis terminan dejando alguna que otra buena lección a su paso. A estas alturas, nadie cuestiona las dolorosas secuelas de la pandemia en el sector gastronómico. Sin embargo, hasta la peor de las penurias termina dando inesperados frutos.
Para ilustrar esta hipótesis, cabe mencionar el insólito crecimiento del delivery premium en España. En los primeros meses de la crisis sanitaria, crecidos por la creatividad que otorga la urgencia económica, algunos de los ilustres cocineros reconocidos por la guía Michelin dieron el salto al formato de entrega a domicilio. Entre ellos, Dabiz Muñoz, Ramón Freixa, Paco Roncero o Manuel Domínguez.
Estrellas Michelin en el sofá
Pasado el confinamiento y en la última pantalla de la odisea pandémica, esta tendencia se ha consolidado como una legítima opción entre sibaritas. Si bien la experiencia gastronómica mantiene su legión de feligreses presenciales, muchos comensales han descubierto el encanto de probar las delicias de sus cocineros de cabecera sin renunciar a un buen sofá, al pijama como dress code o a algún que otro acompañante clandestino.
En esta línea. el chef Ricardo Sanz, máximo exponente de la alta cocina japonesa de nuestro país y pionero en su propuesta culinaria, acaba de presentar la sofisticada propuesta culinaria de su restaurante Kyoshi, situado en el céntrico Hotel Doubletree by Hilton de Madrid, de la mano de Glovo.
Con un ticket medio nada descabellado (menú clásico: 36€/ menú Kyoshi: 38€), la carta a domicilio del madrileño se desvela exótica, sorprendente y, como el resto de sus creaciones, audaz donde las haya. Entre el festival de nigiris, destaca el Kyoshi de salmón kimuchi y lima y el nigiri Kyoshi de pez mantequilla con trufa y cebolleta.
Irresistibles son el nigiri de ostras con lardo (tocino italiano), creado ex profeso para este nuevo formato, y los futomakis de langostino en tempura y de pato con pepino y salsa de ciruela. Y como colofón, el postre más sugerente de Japón: el mochi.
Maestro de maestros
Reconocido por ser el primer chef estrella Michelin de cocina internacional en España, Sanz se adentró en el complejo universo japonés de la mano del maestro Masao Kikuchi y fue uno de los primeros en incorporar el sushi en el panorama gastronómico español en la primera década del siglo XXI.
Tras haber elevado el proyecto madrileño de Kabuki (y de Kabuki Wellington después) al firmamento de la gastronomía internacional, el chef se ha embarcado en Kyoshi que, según pontifica Sanz con humildad: «Kyoshi significa ‘maestro de maestros’, algo a lo que aspiro ser algún día».