Sentarse a la mesa de Rosi la Loca es estar preparado para dejarse sorprender. Cuando llegamos a la calle de Cádiz 4 no podemos evitar repasar los mil y un detalles que decoran las paredes y los techos del local: toda una explosión de flores y mucho, mucho color. Empezamos a darnos cuenta de que aquí, como suele decirse, también vamos a ‘comer con los ojos’.
Mientras echamos un vistazo a la carta probamos las limonadas de maracuyá y de frutos rojos, ideales para sofocar el calor con el que los madrileños estamos tan familiarizados en esta época del año. La carta es variada, y ofrece desde arroces, huevos rotos o albóndigas de pollo con salsa de curry rojo hasta ceviche de gambón o tacos. Como no nos decidimos, le pedimos consejo al chef, Javier Alfaro, que será nuestro guía en este viaje gastronómico. Un chef que ha trabajado con cocineros de la talla de Paco Roncero y en restaurantes como el Zalacaín.
Empezamos la degustación con una burrata ahumada con corujas (una hierba silvestre), tomate semiseco, vinagreta de módena y salsa de albahaca. Y acompañamos este refrescante plato con sus riquísimas croquetas, crujientes por fuera y cremosas por dentro. Las tienen de sabores de siempre como las de jamón ibérico, pero recomendamos que no os vayáis sin probar las que el chef va adaptando en función de los productos de temporada. Será una sorpresa, pero os garantizamos que será más que agradable.
Continuamos con unos tacos de aguja de cerdo mechada, encurtidos y mayonesa de jalapeños en tortilla nixtamal, que satisfará a los amantes de este tipo de bocados, y el baocata de carrillera de ternera (carrillera mechada, mole rojo, yogur, menta y salsa kimchee) en pan de espinacas, con una simpática presentación.
Y de la tierra pasamos al mar. Recomendamos a nuestros lectores que prueben el tataki de atún de aleta amarilla, alga wakame, salsa teriyaki y alioli de cítricos. No solo por su rico sabor, sino también por su presentación, que convierte la mesa en todo un espectáculo.
Sus zamburiñas con mayonesa de kimchee llegan a la mesa marcadas a la plancha, y se terminan de cocinar frente a los comensales. Para rematar, le añaden un toque cítrico final con ralladuras de lima. Con todo esto en el estómago uno estaría más que preparado para levantarse de la mesa satisfecho, pero siempre queda sitio para un buen postre. Y aquí preparan un original tiramisú con mascarpone de naranja y albahaca, base de cookies, café y disaronno en cafetera italiana, en homenaje a su origen.
¿El veredicto? Si quieres disfrutar de buena comida en un local en el que el sabor y el espectáculo son los protagonistas, no lo dudes: Rosi la Loca es el lugar.
Calle de Cádiz, 4.
Entre 20-30€.
Más información en su Instagram y en su web.
Fotografía de portada: Mario Gómez