A tan solo unos días de que se celebre una de las fiestas más castizas de Madrid, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado que esta fiesta será declarada Bien de Interés Cultural (BIC).
Una excelente noticia para los madrileños que después de un atípico 2020 en el que no hubo pradera, ni bailes, ni rosquillas, este año podrán volver (aunque sea en formato reducido) a disfrutar de una de las fiestas más esperadas del año.
Esta distinción reconoce el valor de las fiestas en toda su amplitud: la música y los bailes (chotis, seguidillas, jotas…), la indumentaria típica (de los majos y majas, chulapos y chulapas), la gastronomía (con especialidades como las rosquillas, los barquillos o el vino dulce), la tradición oral, los actos religiosos, civiles y de ocio y las representaciones del santo en el arte. La iniciativa parte conjuntamente de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, con el objetivo de reconocer el valor cultural de San Isidro y su papel para generar comunidad y sentimiento de pertenencia dentro de la sociedad madrileña.
Son varias las acciones previstas para conservar esta fiesta que se considera patrimonio inmaterial de todos los madrileños por su arraigo, su historia y sus diversas manifestaciones culturales. Entre ellas está el registro y documentación de la fiesta como bien cultural y su promoción, la conservación de sus valores tradicionales, su transmisión a las generaciones futuras o el cuidado de los entornos donde tiene lugar su celebración.
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