Desde hace casi 70 años en Arganzuela hay una plaza que homenajea a alguien que, en realidad, no existió. Se trata de la plaza de Rutilio Gacís, situada en el barrio de la Chopera, cerca de Matadero.
Esta plaza adoptó su nombre en el año 1953, y pretendía hacer homenaje a un escultor italiano del siglo XVII que trabajó para la corte de los primeros Austrias cuyo nombre era, en realidad, Rutilio Gaci. Sin embargo, la denominación errónea es con la que muchos vecinos y vecinas la conocen y con la que ha figurado siempre en los mapas municipales y, también, en las placas de la calle.
El origen del error se desconoce y la errata ha permanecido en el callejero de la ciudad desde entonces, pero eso es algo que está cerca de cambiar: el pasado 25 de noviembre, el Ayuntamiento de Madrid decidió rectificar y cambiar la nomenclatura de este enclave por el que siempre debió ser. Según ha comprobado Somos Chamberí, aunque en las placas de la plaza el error persiste porque aún no se ha efectuado el cambio, en los planos digitales del Ayuntamiento ya figura el nombre correcto del escultor.
La plaza es hoy un importante enclave del barrio para el encuentro. Sin embargo su ubicación, alejada de las zonas con más actividad de la Chopera, llevó a los vecinos y vecinas a solicitar hace unos años una transformación de este espacio, a las que se sumaban también otras peticiones especiales de comunidades estigmatizadas o racializadas, según explica la web del ya desaparecido programa ImaginaMadrid.
El proyecto «En sintonía: Rutilio Gacís», desarrollado por los colectivos «La Parcería. Infancia y familia» y «Grupal Crew Collective», fue el resultado de esas peticiones y tenía como objetivo principal «activar la plaza como lugar de encuentro intergeneracional con la intención de provocar un cambio en los afectos que los vecinos y vecinas sienten hacia la plaza«.
Otras erratas en el callejero de Arganzuela
La de esta plaza no es la única errata del callejero de Arganzuela: un error histórico llevó a designar a un barrio de Madrid con un topónimo inexistente: el de Palos de Moguer.
En ese caso, el error de designación de Palos de la Frontera parece tener su origen en una confusión de los llamados «cronistas de Indias», que mezclaron los nombres de las localidades de Palos y Moguer. El 10 de enero de 2018 la Junta Municipal del distrito aceptó llevar al pleno una propuesta de modificación del nombre y, en octubre de 2021, se habilitó una consulta ciudadana para acabar con ese sinsentido.