Madrid es indisociable de su cualidad de ciudad futbolística. Un reflejo de España y de aquellos años en los que viajar al extranjero y decir tu nacionalidad equivalía a escuchar en retahíla unos apellidos de la gente que ganó un Mundial. Igual que ahora al decir tu lugar de procedencia la siguiente (probable) pregunta es si Real o Atlético.
Madrid es indisociable de esa condición por fama y también por arquitectura. Las cuatro (cinco) grandes construcciones que ha protagonizado la ciudad en los últimos 20 años tienen como base (y casi nunca mejor dicho) al Real Madrid.
Las Cuatro Torres Business Area era un proyecto en construcción cuando el Real Madrid fichó al futbolista más popular del momento: David Beckham.
La certeza de esta afirmación (la referente a la popularidad) la valida el documental que Netflix sacó el 4 de octubre: Beckham narra la historia de un niño, un futbolista y un empresario que en una de sus etapas (concebida en el tercer capítulo) vivió en Madrid.
La época de Beckham en Madrid se recuerda por sus compañías (familiares y laborales), por sus cambios de estética y por el cambio de paradigma del que fue epítome (en términos de inversión monetaria).
Los terrenos sobre los que se levantan las Cuatro Torres fueron en el pasado la antigua ciudad deportiva del Real Madrid. Al respecto de este cambio de uso dice un artículo de La Vanguardia de hace un par de años: “Este 2021 se cumplen 20 años de la recalificación de la ciudad deportiva del Real Madrid que permitió al club blanco sanear sus maltrechas cuentas e iniciar la era de los Galácticos”.
El Real Madrid obtuvo alrededor de 500 millones de euros por el nuevo uso de estos terrenos y con ellos hizo frente a su deuda histórica y costeó el fichaje de Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham.
Cuenta el propio Beckham en el documental que Florentino Pérez lo llevó a su despacho (desde donde se veían las Cuatro Torres) y sentados a una mesa mientras miraba el skyline madrileño, el presidente del Real Madrid relacionó cada torre con uno de los galácticos. Una era Figo, otra era Zidane, otra era Ronaldo y la última era Beckham.
Otra metáfora que rima incluso con uno de los grandes problemas del equipo (la descompensación, la diferencia de nivel). Los Zidanes y Pavones. Las Cuatro Torres y la Galia que sigue siendo la Colonia de San Cristóbal. Los Portillos y Ronaldos. O como lo expresó uno de los entrenadores que pasó por el banquillo durante aquellos años: un coche con tres ruedas.