Aunque la inauguración de la nueva plaza de España tuvo lugar el pasado mes de noviembre –tras más de dos años y medio de obras y un incremento del 20% del presupuesto por los hallazgos arqueológicos– y los madrileños podían pasear por ella y comprobar, in situ, cómo los trabajos han transformado este emblemático espacio de la capital, había algunas zonas de la remodelación que no estaban finalizadas y que no se podían visitar hasta este pasado fin de semana.
Uno de los detalles del proyecto que se conocía desde hace tiempo era el traslado de la icónica Fuente de la Concha, también conocida como Fuente del Nacimiento del Agua. La fuente, que hasta antes de la remodelación se situaba a los pies de las escaleras de entrada a la plaza, ya está instalada en su nueva ubicación.
La fuente estrena ubicación en el camino que conecta con el Templo de Debod, concretamente frente a la Iglesia de Santa Teresa y San José (Padres Carmelitas). Las reacciones de quienes han pasado por delante van desde los que se alegran de volver a verla tras tres años de ausencia («¡Anda, la fuente de arriba! Qué guay») hasta algunos a los que el cambio les ha cogido algo desprevenidos («¿Pero esto estaba aquí?»).
La de la fuente es solo una de las novedades, ya que también se han colocado algunas de las puertas que dan acceso a los Jardines de Sabatini y ya es posible visitar los restos arqueológicos pertenecientes a «la cimentación de la tapia que separaba la montaña de Príncipe Pío del callejón de San Marcial que bordeaba el cuartel«, explicaba la arqueóloga Esther Andreu en Twitter, responsable de sacar los restos y también de la restauración del Palacio de Godoy.
Ya se pueden ver los restos del camino de ronda del cuartel de San Gil, junto a la plaza de España pic.twitter.com/F9rZ4bYvEv
— El Madrid desaparecido de Penny y Julio Gª. Moutón (@Pennypol) February 20, 2022
La fuente
Como detalla la Biblioteca Digital «Memoria de Madrid» esta fuente de bronce, obra de Antonio Campillo Párraga y Manuel Herrero Palacios, se construyó a lo largo del año 1969 y ha presidido la plaza desde finales de los 60 en el eje Gran Vía-Princesa hasta el comienzo de las obras de remodelación.
La imagen de las ninfas con una rodilla en el suelo, sujetando un cántaro, era una de las imágenes más conocidas de la plaza madrileña. La fuente monumental ocupará a partir de ahora un lugar del eje Este-Oeste, y para acceder hasta ese punto se podrá llegar o bien caminando o bien haciendo uso de uno de los carriles bici.