
Karlos Arguiñano pasó por El Hormiguero, grabó en Madrid y más tarde, en su programa Cocina Abierta, como quien no quiere la cosa, dejó caer una recomendación que no pasó desapercibida. “La semana pasada fui a El Hormiguero y comí en dos restaurantes: uno al ir y otro al volver”. El primero, el que menciona con un “vais a triunfar” –en referencia a que te encantará si lo tuyo es el pescado a la parrilla–, es Filandón, un restaurante a las afueras de Madrid que ya conocíamos, pero al que Arguiñano ha elevado a categoría de escapada imprescindible.
Ubicado en la Carretera Fuencarral-El Pardo (M-612), kilómetro 1,9, Filandón es uno de esos sitios que parecen pensados para desconectar sin salir del todo de Madrid. Está en mitad del campo, pero a diez minutos del centro en coche. Tiene parking propio, un jardín amplio, zona infantil y, sobre todo, producto top pasado por brasas.
Al destacarlo, Arguiñano lo relaciona con su propiedad “estos son los de Pescaderías Coruñesas”. Para quien no esté familiarizado, esta distribuidora lleva décadas siendo el santo grial del pescado fresco en la capital.
La definición de las grandes guías gastronómicas
La Guía Michelin lo define así: “¿Busca un restaurante donde poder escapar del estrés? En este la tranquilidad está garantizada […] encontrará una cocina de gusto tradicional donde el producto es el gran protagonista, con fantásticos pescados abastecidos a diario por Pescaderías Coruñesas, carnes selectas, deliciosos arroces… ¡Muchos platos se elaboran a la parrilla!”. La Guía Repsol, por su parte, pone el foco en los guisos y en su versatilidad para familias: “un local de grandes dimensiones con varios ambientes y agradable para ir con niños”.
¿Y qué se come en Filandón?
La carta es amplia y bien pensada para compartir. Destacan los tartares (el de atún rojo y el steak tartar cortado a cuchillo), el ceviche de gamba roja, el calamar de anzuelo y el salpicón de marisco. La parrilla manda en platos como el chuletón de vaca vieja, el pixín, la hamburguesa de buey “para comer con las manos” y unas cocochas de merluza al pil-pil que son religión. Si vas con hambre de arroz, el de carabinero (28€ por persona) es de los más pedidos.
El precio medio, con vino, ronda los 50-60€ por persona, aunque puedes apañártelas por algo menos si compartes y eliges bien. Una tarta de queso, por ejemplo, cuesta 6€, y las croquetas de carabinero (media ración) 8€.
Por qué está siempre lleno (y por qué conviene reservar)
Filandón está en muchas de nuestras listas: mejores terrazas de Madrid o restaurantes para ir con niños, son algunas de ellas. En verano se llena, en otoño también. El jardín semicubierto, las mesas amplias, la tranquilidad del entorno y la facilidad para aparcar hacen que sea perfecto para reuniones familiares, cumpleaños redondos o escapadas que terminan en sobremesa de horas.