
En Berlín hay un kebab que genera colas como si regalasen el producto que venden. Se llama Mustafa’s Gemüse Kebap y es, según muchos, el mejor döner del mundo. No se trata de una exageración gastronómica, sino de un fenómeno cultural que mezcla street food, calidad insólita e identidad urbana.
Ahora imagina lo siguiente: ese mismo espíritu ha aterrizado en Madrid. En Arganzuela, concretamente en el número 4 del Paseo de Santa María de la Cabeza. Se llama CULTO Kebab y es algo más que un kebab hipster: es un manifiesto con salsa Harissa.
Detrás están Carlos Bautista y Enrique Pérez, fundadores del concepto, y en los fogones, dos pesos pesados: Oswaldo y Bruno González Herce, chefs al frente de Los 33 y Llama Inn, respectivamente. Y sí, han montado un sitio de döner con un nivel de detalle y respeto por el producto digno de cualquier restaurante de autor. Algo parecido a lo que viene haciendo Mómö, que invita a estrellas Michelin a que preparen su receta para ellos.
Los döners de CULTO Kebab

Aquí no hay atajos. Cada trompo de ternera y pollo se monta a diario, las verduras se preparan en el momento, y todo se cocina con aceite de oliva virgen extra. La base puede ser döner clásico o bowl, y a partir de ahí, empiezan los matices.
Entre las opciones, puedes combinar carne o falafel, verduras asadas, lechuga fresca, tomate, cebolla roja y un toque cítrico de sumac. El trío de salsas es uno de los mayores argumentos de CULTO: Kräuter (yogur y hierbas frescas), Tahini (crema de sésamo, ajo y limón) y la ya mencionada Harissa, una bomba picante del norte de África.
El combo ganador incluye döner, patatas y bebida por 14,9 euros, pero puedes tunearlo a tu gusto: añadir babaganoush, queso feta, más carne o pedir unas patatas con parmesano y sumac. También hay cheesecake. El espacio no es grande, pero la propuesta –podría decirse– sí lo es. Una carta precisa, honesta y sin concesiones.