El Paseo de Recoletos se suma a las nuevas vías orientadas al peatón y el transporte sostenible.
Primero fueron la construcción de la nueva Gran Vía y la reforma integral de la calle Carretas. Con estos cambios, realizados el diciembre pasado, la planificación urbana del centro de Madrid viró para siempre hacia un nuevo modelo de ciudad donde prima el respeto al medioambiente.
Pero la capital no ha terminado su transición. Al contrario, todavía quedan algunos proyectos urbanísticos de gran calibre en el tintero, pendientes de realizarse (o no) tras las elecciones municipales del próximo mayo.
Entre ellos está la remodelación del Paseo de Recoletos, una calle también céntrica y popular entre locales y turistas. Se ha planteado una ampliación de las aceras y una limitación de los carriles. Una vez más, dejando claro que el viandante importa más que el tráfico rodado.
El proyecto se quiere llevar a cabo desde la calle Prim hasta la plaza de Cibeles, y se han establecido unas obras con una duración estimada de cuatro meses.
Las aceras, repavimentadas y rediseñadas, medirán casi cuatro metros de ancho, y discurrirán junto a una calzada más estrecha que en la actualidad. Además, se cambiará la distribución de algunos elementos de mobiliario urbano.
Foto: Ediciones La Librería