El paseo de las Delicias tendrá un nuevo carril bici segregado. La propuesta, que ha sido aprobada este martes por unanimidad en el Pleno de Cibeles, servirá de conexión entre el itinerario ciclista de Chopera-Matadero a la altura de la glorieta de Legazpi y desde ahí se unirá con el paseo del Prado.
Los presupuestos de 2022 aprobados por el Ayuntamiento de Madrid de cara a este año contemplan una partida de 5 millones de euros destinada a la implementación de carriles bicis segregados. José Manuel Calvo, concejal del Grupo Mixto, defendía el martes esta propuesta para incentivar la movilidad ciclista en el entorno de Delicias, para la que «es imprescindible que el paseo cuente con un carril bici protegido y seguro que conecte Madrid Río con el Retiro».
Una propuesta vecinal
La iniciativa fue llevada a debate al pleno por el Grupo Mixto, a raíz de una propuesta vecinal recogida a través de sus canales de participación ciudadana. La de la falta de infraestructuras ciclistas en la ciudad es una carencia que han señalado tanto ciudadanía como oposición, y reclaman que Madrid aplique políticas de movilidad en la línea de otras ciudades europeas más sostenibles, como puede ser París.
De momento no han trascendido fechas para su realización y, a falta de que se apruebe definitivamente (dado que los acuerdos del pleno no son vinculantes), la postura unánime de los distintos grupos hace pensar que saldrá adelante, como ya ha ocurrido con el proyecto municipal del carril bici de la castellana. El Gobierno municipal, según lo acordado, ha manifestado que comenzará «con carácter inmediato» el estudio para desarrollar este proyecto.
Un proyecto que sustituirá el actual carril bici por uno protegido del tráfico y más seguro, dado que el actual no está separado de la calzada, y con el que se espera que aumenten los desplazamientos en este vehículo. Una materia en la que Madrid dista de parecerse a otras ciudades europeas como París o Venecia, donde según señalaban desde el Grupo Mixto estos desplazamientos suponen el 10% del total, mientras que en la capital española apenas llegan al 1%.