El efecto Mandela es un fenómeno que la Wikipedia define como una confabulación compartida por varias personas. ¿Un ejemplo? Pikachu no tiene una mancha negra en su cola, en contra de lo que mucha gente piensa. Lo que viene a continuación no es en un sentido estricto un efecto Mandela, pero sí es una idea (no una confabulación) raramente compartida por la sociedad: las referencias en los dibujos infantiles.
Una casa siempre será de tipo chalet, pese a que quien la dibujó habitase una colmena de las que salían en las pelis de Almodóvar. O un castillo siempre será prototípicamente idealizado: foso, puente levadizo, defensas cilíndricas.
Esa idea (en un sentido platónico) es la que represente el castillo de Guadamur –que está en Toledo–: si uno piensa en un castillo es altamente probable que el dibujo mental que haga del mismo se parezca mucho a esta construcción.
La historia del castillo de Guadamur
El de Guadamur es un castillo definido por quienes saben de esto de muchas formas, pero dos de ellas serían que, uno, es señorial (perteneciente a los Condes de Fuensalida) y que, dos, el arte italiano influenció su arquitectura.
Su historia ha atravesado episodios de mil tipologías: ha tenido función militar, por él han pasado los franceses de la Guerra de Independencia, ha sido refugio y residencia para nobles y ahora es una propiedad privada.
Si Guadamur tuviera un hall of fame cualquiera se sorprendería al ver que lo han habitado temporalmente personajes de la categoría del matrimonio de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, el cardenal Cisneros, Carlos V, y, como prisionera, la princesa de Éboli, encerrada en la fortaleza de Guadamur por orden de Felipe II.
Un castillo de película
Todos los textos referentes a Guadamur remiten a una misma cuestión: su importancia en las ficciones españolas. Cualquiera pensaría que bien podría ser una versión castiza de Rocadragón, pero su función televisiva ha sido mucho más nacional. Los Borgia, Águila Roja o La Corona Partida son ejemplos de algunas de las series que se han grabado aquí.
¿Se puede visitar?
A pesar de ser una construcción privada, sí, se puede visitar. Lo único que conviene saber es que solo abre tres días a la semana (lunes, martes y miércoles de 9 a 14h) y que es necesario hacer una reserva previa.
La reserva se puede hacer bien contactando por teléfono (925 29 15 60 y 925 29 13 01) o bien contactando por correo (turismoguadamur@gmail.es).
Los precios de la visita guiada, que dura 90 minutos:
- General: 5€
- Niños de 3 a 6 años: 3€
- Niños de 7 a 14 años: 4€
- Jubilados: 4€