¿Os acordáis de los bares cutres en los que se come bien? Esos a los que no llevaríais ni a vuestra suegra si los veis desde fuera, pero una vez dentro, os acabáis chupando los dedos. Pues hoy toca hablar del caso contrario. Esos restaurantes a los que no piensas ni en acercarte a ver el precio de la carta por lo elegantes que se ven y el hachazo que piensas que te van a dar, pero que luego resultan estar bien de precio y servir platos que da pena comerlos por lo bonitos que son hasta que los pruebas y te das cuenta que lo que verdaderamente sería un error es dejarlos en el plato.
Apuntad, porque no hace falta que haya Estrella Michelín para comer bien:
- Metro Bistro: aunque nos gustan mucho los restaurantes vintage en los que cogen una mesa de aquí y dos sillas de allá, este, con todas sus mesas iguales y su ambiente “demasiado elegante” nos ha conquistado también. Su cocina es mediterránea, aunque con toques internacionales y muy originales, como sus croquetas de cecina, boletus y pan de pipa. El precio está entre los 25-30€ pp.
C/ Evaristo San Miguel, 28
- Clarita: cuco y muy malasañero. Así es este lugar, donde las cosas se hacen con mucho amor, del que todos podemos ser partícipes por unos 25-30€. Su cocina es de fusión y muy creativa y eso se nota en sus platos: langostinos crujientes con guacamole y chips de yuca (muy “refrescantes”).
Corredera Baja de San Pablo, 19
- La Gloria de Montera: suena poco creíble, pero es cierto. En una de las calles más transitadas de Madrid (sobre todo por turistas) se come bien y no muy caro. Quizá sus platos no sean tan innovadores como los anteriores, pero tampoco se quedan en lo básico. Su strudel de lomo nos encantó. El precio está entre los 20-30€.
C/ Caballero de Gracia, 10
- Más que pintxos: este local es un buen ejemplo de que una franquicia puede ser sinónimo de calidad y de buena comida. El local tiene una decoración sencilla y moderna y el servicio, aunque es un poco lento, es muy amable y atento. Lo ideal es pedir para compartir y poder probar todos sus platos. Sus minis hamburguesas crispy BBQ son nuestras favoritas. Por 15-20€ coméis bastante bien.
Av. Alberto Alcocer, 43
- Lateral: otra franquicia que sabe hacer las cosas bien. Aunque puedes comer a la carta y con raciones, la mejor opción es hacerlo de pintxos, porque así puedes probar más variedad de sabores. Los niguiris de solomillo de ternera con aceite de trufa están exquisitos. Comer aquí está alrededor de los 20-30€.
- Restaurante Pipa & Co. Madrid: pequeño, sencillo y muy agradable. Es uno de esos lugares en el que sin saber por qué, te sientes muy a gusto. La carta es corta, pero de calidad no se quedan cortos. Nos encantó su burrata con tartar de tomate (el queso estaba simplemente genial) y de postre, su tarta de la abuela (con galletas de las de toda la vida). El precio está entre los 15-25€.
Paseo de la Habana, 105
- Saporem: dicen de él que es un oasis en medio del madrileño barrio de las Letras y la verdad, no van mal encaminados. Tiene un patio en el que tener una primera cita asegura el éxito por lo mágico que es. Además, aquí también podrás conquistar por el estómago a tu fichaje con sus rollitos de pollo con mango o su sobao pasiego con huevo poché.
C/ Ventura de la Vega, 5