El metro de Gran Vía lleva siete meses cerrado a cal y canto. Un equipo de operarios y arqueólogos está trabajando en el túnel subterráneo que conectará esta estación con Sol, cuya fecha de apertura no está clara.
Arqueólogos, ¿por qué? Porque Gran Vía es una mina de patrimonio histórico. Durante las obras han salido a la luz suculentas maravillas, entre las que se cuentan el templete del ascensor ideado por Antonio Palacios en la década de los 70 y una escalera antigua digna de preservar.
Ahora acaba de aparecer un mural de azulejos que enmarca un escudo de Madrid. Guarda un gran parecido con el escudo de Tirso de Molina, uno de los tesoros enterrados en el metro de la capital.
Está pintado en tonos verdes y dorados, y se encuentra en buen estado de conservación. Cuando pase por las manos de los restauradores, el increíble mural regresará a Gran Vía junto a las otras piezas arquitectónicas que se han encontrado en estos meses.
Resulta curioso que otro mural apareció en el metro de Sevilla hace poco, en el transcurso de unas obras cargadas de polémica. ¿Cuántas joyas como esta nos quedan por encontrar?