Puede que el verano sea el momento del año en que se concentra un mayor número de fiestas singulares a lo largo y ancho de la Comunidad de Madrid: no hay más que fijarse, por ejemplo, en el boloencierro de Mataelpino –que consiste en correr delante de una bola gigante– o en otras ya pasadas como la Batalla Naval de Vallekas, en la que el agua tiene un papel fundamental. Y no es la única: con el mes de septiembre asomando por el horizonte, empieza la cuenta atrás para la celebración de la procesión fluvial de la Embarcación de la Virgen de Alarilla, en Fuentidueña de Tajo, que presume de ser la única de agua dulce en España.
La imagen desciende a lo largo de unos 800 metros por el río Tajo en una barca decorada con casi dos mil bombillas de colores. Durante el recorrido, además, la virgen no solo va acompañada de sus devotos: le precede un grupo de nadadores con antorchas para iluminar el camino, y miembros de una peña local se encargan de realizar delante de la barca diferentes cantos y coreografías acuáticas. Al término de la procesión, se prende un castillo de fuegos artificiales.
La singularidad de esta festividad en honor a la Virgen de Alarilla, que se celebra en la víspera segundo domingo de septiembre (este año el 9 de septiembre a las 22h), le ha valido el título de Bien de Interés Cultural en la categoría de Hecho Cultural. Sus orígenes se remontan al año 1866 y solo se ha visto interrumpida en 2020 a causa de la pandemia, volviendo en 2021 adaptándose a la situación sanitaria.
El porqué de la embarcación
La Embarcación de la Virgen de Alarilla es el acto central y el más esperado de las fiestas patronales de Fuentidueña de Tajo y su origen, para los habitantes del municipio, se encuentra en un fracaso: el del General Prim de intentar derrocar el gobierno de Isabel II. Durante su huida pasó por Fuentidueña de Tajo y ordenó destruir el puente que cruzaba el río, lo que obligó a los habitantes a trasladar la imagen de la virgen en una barca.
Aunque posteriormente el puente se recuperó, la costumbre de hacer cruzar la imagen de la Virgen de Alarilla en barca se ha mantenido hasta nuestros días gracias, en gran medida, a la participación vecinal en distintas formas.