Es difícil pensar en un lugar con mayor carga simbólica y que aúne tantos elementos de la ciudad antigua y moderna en apenas un puñado de metros cuadrados. Un lugar que sea reivindicado por el local por su historia y su gradual importancia y que sea al mismo tiempo de visita obligada turística. No hay en Madrid otro sitio igual a la plaza Mayor: si no es la mayor zona peatonal no arbolada en toda la ciudad, poco le falta.
No en vano, un reciente estudio hecho con inteligencias artificiales determinó que la plaza Mayor era (es) el verdadero símbolo de Madrid. A falta de una Sagrada Familia o una Torre Eiffel, una plaza llana como la meseta sobre la que se encuentra Madrid. Con tres incendios a sus espaldas (1631, 1672 y 1790) y cuatrocientos años de historia, la plaza Mayor ha renovado la importancia a cada año que ha pasado y es ilógicamente tentador pensar que en caso de invasión marcial, el ejército enemigo plantaría su bandera junto a la espada de Felipe III (una estatua, por cierto, que fue un cementerio de pájaros).
Su carácter estratégico, como es lógico, no ha sido sorteado por ningún equipo de Gobierno, artista o empresa que ha podido emplear sus 129 metros de largo por 94 de ancho. Y ha sido en los últimos años cuando el eclecticismo y la creatividad ha modulado la plaza y la han convertido en campo de fútbol, escenario de videomapping, lugar de conciertos o en zona ajardinada. En Madrid Secreto hemos querido recopilar algunos de los estados por los que ha pasado la plaza Mayor de Madrid.
Cuando fue una zona ajardinada
Se trata de una idea vindicada por muchos madrileños que encuentra en su implantación dos razones básicas. Por un lado, el regreso a una ciudad que no conocimos. Por otro, el apaciguamiento de las altas temperaturas en verano. En el siglo XIX, la plaza Mayor estaba completamente ajardinada: dos fuentes, árboles y bancos hicieron de este un pequeño pulmón en plenísimo Centro.
Cuando fue un parking
Madrid empezó a ser una ciudad más hostil cuando el uso del coche se popularizó. Buena prueba de ello es el uso que tuvo la plaza Mayor entre 1967 y 1969. La icónica plaza se convirtió en un aparcamiento hasta la construcción en los 70’ del parking subterraneo, en ese momento retomó su uso de zona de socialización y de plaza moderadamente parecida a lo que es ahora.
Cuando la intervino el artista madrileño SpY
Durante un fin de semana de 2017, el artista madrileño SpY intervino la plaza Mayor y con la intención de darle la bienvenida al otoño, creó una circunferencia de hierba de 70 metros de diámetro. Se trató de una acción que conmemoraba el IV Centenario de la plaza Mayor y que año tras año se recuerda como una de las intervenciones artísticas más interesantes que se han llevado a cabo en Madrid.
Cuando se hizo video mapping más grande de España
La plaza Mayor se convirtió en el escenario protagonista del que en 2019 era el video mapping más grande de España. En febrero de 2019, una intervención video artística de 360 grados se proyectó sobre las cuatro fachadas de la plaza. Hasta 24.000 personas se podían citar durante cada pase para repasar la historia de la plaza de un modo tremendamente original.
Cuando tuvo una estructura aérea
El cuarto centenario de la plaza Mayor fue como el cumple de un multimillonario: se concibieron casi todos los regalos posibles. Uno de ellos fue una estructura artística de carácter efímero y llevada a cabo por la artista estadounidense Janet Echelman. La estructura se llamaba 1,78 y hacía referencia a los segundos en que se acortó la duración del día en que Japón sufrió el terremoto y posterior tsunami de 2011.
Cuando fue un campo de fútbol
El Bien de Interés Cultural que es la plaza mayor se convirtió (a propósito de la final de Champions League que se jugó en el Wanda Metropolitano en 2019) en un campo de fútbol efímero. En un campo de fútbol con gradas, focos y césped artificial. La instalación duró del 30 de mayo al 2 de junio y sobre su césped jugaron futbolistas veteranos ya retirados.
Cuando se celebró Luz Madrid
La acción más reciente la protagonizó el colectivo LuzInterruptus que, durante el festival de LuzMadrid entre el 28 y el 31 de octubre de este año, convirtió la Plaza Mayor en un gran muro formado por cuadernos en blanco en los que «los visitantes podían plasmar sus sentimientos, miedos, alegrías y reflexiones».