La güela de Jorge Fernández, Carmina, preparaba recetas asturianas mientras él masticaba un trozo de pan duro con leche y azúcar junto a ella, en la cocina. Jorge creció entre fogones, la comida regional está enraizada en su ADN. De mayor se marchó a Londres y se preguntó qué habría cocinado Carmina en esa metrópolis opuesta a su pueblo natal. Ese pensamiento es la semilla de Gastrochigre.
Es un chigre singular, una tasca mínima y punky que te hace sentir como en casa. En sus altavoces truena el rock, en el plato Jorge sirve un cucharón de fabas todavía humeante: hace unos minutos que ha terminado de guisarlas. Estas fabas se sirven con callos, y a lo mejor las pruebas hoy pero no mañana: depende de lo que se le ocurra al cocinero. La carta es tan extensa como dinámica, jamás puede darse por sentada.
Jorge trae manjares asturianos y los dota de una personalidad irreverente. Rellena gyozas orientales con pote asturiano y fríe berza para usarla como topping sobre unos nachos. Hace croquetas con lo que sale de su imaginación: su única norma es que siempre se mantengan crujientes y melosas.
Lo de los precios imbatibles de Gastrochigre parece de mentira. Pero es real: un menú degustación para salir rodando vale 15 euros, y un brunch mataresacas te resucita los domingos por solo 10 euros. Los miércoles hay tacos gourmet a un 1 euro (de erizo de mar, de ternera de matanza, de atún premium).
¿Cómo es posible encontrar cocina de autor con producto recién traído de Asturias a estos precios? «Minimizando todo lo que sobra en un restaurante», explica Jorge. Él mismo guisa y atiende a los clientes de su pequeño reino. Su tamaño es tan reducido que reserva el local para grupos de solo trece personas. Y a partir de seis comensales y si le caes bien, el cocinero abre fuera de horario.
De cerveza artesana sabe mucho este chef astur, y conoce qué variedad de La Virgen va mejor con cada plato, con cada momento del día. Jorge te aconsejará una variedad perfecta para acompañar unos gnocchi en caldo de matanza y otra para pasar el rato jugando a la PlayStation del local.
De entre todo lo bueno que ofrece Gastrochigre, tal vez lo mejor sea que la imaginación no desplaza a la gastronomía asturiana: son los sabores típicos del norte, pero llevados al siguiente nivel por la mente y el buen hacer de Jorge, que siempre honra a los platos heredados de su abuela Carmina.
Calle Buenavista, 32 (Lavapiés)
De miércoles a viernes de 19:00 h a 23:45 h. Sábados de 12:30 h a 16:30 h y de 19:00 a 23:45 h. Domingos de 12:30 h a 16:30 h. Lunes y martes cerrado.
Tapas grandes a 5 euros. Tres tapas por 12 euros.
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