
Madrid tiene bosques y jardines en los que las amarilidáceas gozan de bastante protagonismo. Especialmente en la Sierra del Rincón, donde laderas, pinares y pastos de montaña hacen que broten multitud de narcisos: las flores que dan paso a la primavera. A principios de abril, sus largos pétalos empiezan a crecer para formar una llamativa corola atrompetada, que invita a hacer más de una foto y (por supuesto) a quedarse un rato admirando su belleza.
Dentro de la capital, el Real Jardín Botánico es el mejor lugar para ver narcisos, que —junto con los tulipanes— acaparan todas las miradas. El jardín cuenta con una colección específica que se puede visitar por libre o con guía.
Fuera de Madrid ciudad, conduciendo hacia el norte, encontramos narcisos en las dehesas del municipio de Los Molinos (Sierra de Guadarrama). Aquí se preparan rutas en búsqueda de las flores, que aparecen silvestres entre arroyos y rocas de granito. Sin duda, una experiencia ideal para amantes del senderismo.
Narcisos de montaña en la Sierra del Rincón
La Sierra del Rincón, todavía más al norte, tiene una importante variedad de amarilidáceas en entornos naturales privilegiados. Destaca la especie Narcissus triandrus, conocida como jarrita por su singular forma. Suele aparecer en los alrededores de Prádena del Rincón y Montejo de la Sierra, cerca de prados secos, claros de pinares y melojares, a unos 900 metros de altitud. Está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, por lo que su recolección está totalmente prohibida.
También a casi 1.000 metros de altitud, entre roquedos, pinares y zonas pedregosas, crece la especie Narcissus rupicola, una flor solitaria que suele hallarse cerca de La Hiruela, en las inmediaciones del río Jarama.
Allí conviven, además, dos especies de montaña: Narcissus bulbocodium, común en pastizales húmedos —a más de 1.100 metros de altitud— de Madarcos, Prádena del Rincón y Montejo de la Sierra, y Narcissus pseudonarcissus, la más difícil de ver (se incluye en el Catálogo Regional de Especies amenazadas de flora y fauna silvestres de Madrid), que se esconde en las zonas más elevadas del Hayedo de Montejo y Horcajuelo de la Sierra.