
No existen cajones tan grandes en los que quepan los archivadores que contienen todos los proyectos que nunca se llevaron a cabo en Madrid. Un ejercicio de urbanismo o arquitectura ficción que parte de bocetos, de rumores, de declaraciones o de insistencias a medio gas. El pensamiento recuerda a un canal de YouTube que se llama “Y si”, que teoriza alrededor de cosas que no han pasado: ¿y si se hubiera construido Eurovegas?, ¿y si el Retiro siguiera conservando la Casa de Fieras?, ¿y si Calatrava hubiera construido una torre de 500 metros?
La poca información que hay al respecto –no se encuentra nada en medios nacionales– remite a un año: 1998. A partir de aquel entonces es cuando se habla de una Torrespaña saturada y de la necesidad de levantar una nueva torre de comunicaciones. En el blog viendomadrid se dice que “en 1998 Calatrava se reunió con los técnicos municipales para presentar sus maquetas”. Y a partir de ahí lo que se dice es que Gallardón guardó esa carpeta en un cajón de su despacho a la espera de que algunas empresas privadas se encargaran de su financiación.
¿Cómo hubiera sido la torre?
Es sumamente curiosa la información relativa a la ficción del edificio: casi se sabe más de un edificio sobre el que nunca hubo maquetas que de otros tantos que están erigidos. Se dijo que la torre mediría alrededor de 500 metros. Pongamos esta cifra en contexto: el edificio más alto de Madrid es la Torre Cepsa y mide casi 250 metros. La referencia visual iba a ser la Torre CN o Canadian National Tower, la torre más alta de América y el símbolo absoluto de Toronto.
El añadido peculiar de la torre es que en su mitad (a unos modestos 200 metros de altura) iba a tener un centro de control: una especie de barco que también sería una discoteca. Sobre la ubicación, se comenta que la zona en la que estaría iba a ser Chamartín o al menos una zona cercana a la estación o tal vez donde hoy se erige el CTBA (Cuatro Torres Bussines Area). Se rumoreaba, también, en el foro Skyskrapper City que de no haber sido Calatrava el arquitecto, ese rol lo hubiera ocupado el hijo de Ricardo Bofill.
Calatrava en Madrid

Santiago Calatrava, posiblemente el arquitecto español más internacional y polémico, tiene obras en casi todas las ciudades importantes de España. La más icónica es quizás la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero la administración política de ciudades como Sevilla, Bilbao, Oviedo, Barcelona o Tenerife también presume de tener edificios distribuidos por su geografía.
El caso de Madrid es curioso, porque solo tiene un monumento conocido como el Obelisco de la Caja, tildado de regalo envenenado y donado por Caja Madrid a la ciudad. Se ubica en plena plaza de Castilla y al respecto son luminosas las palabras de la escritora Esther García Llovet en una entrevista concedida a El Mundo: “esto representa el cuarto trasero de la ciudad, el sitio donde colocar todo con lo que no se sabe qué hacer. ¿Lo queremos tirar? No. ¿Lo vamos a poner en un sitio bonito? Tampoco”.
Otra Torre de Comunicación de Calatrava

La de Madrid, en el hipotético caso de haberse construido, no hubiera sido la primera torre de comunicaciones diseñada por Santiago Calatrava. Entre 1989 y 1992, el arquitecto valenciano pergeñó una emblemática torre –considerada parte del bien cultural del patrimonio catalán– en la zona del anillo olímpico de Montjuic. Es una torre de 136 metros que homenajea a Gaudí y cuya construcción no está exenta de polémica: Barcelona ya tiene una torre de comunicación en la Sierra de Collserola, que fue diseñada por el arquitecto británico Norman Foster en la misma época.