La modernización de su red ferroviaria es uno de los grandes retos en materia de transporte en los que está inmerso Portugal. Su primer ministro, António Costa, presentó hace una semana el Plan Nacional Ferroviario: una hoja de ruta para fomentar el uso del tren –de forma que lo utilice el 20% de la población para sus desplazamientos– y reducir de forma drástica las emisiones responsables del cambio climático que se derivan del transporte –en un 43% en 2030 y en un 98% en 2050–.
El Plan, aprobado en el Consejo de Ministros luso, contempla entre sus medidas mejorar las conexiones con España con trenes de alta velocidad. Y una de las conexiones previstas podría unir Oporto y Madrid en un trayecto de unas tres horas, siguiendo la ruta Oporto-Aveiro-Vilar Formoso-Salamanca-Medina del Campo-Madrid. El Plan también baraja dotar de conexiones de alta velocidad a las diez ciudades más grandes del país, entre las que se encuentran Lisboa, Oporto, Coimbra, Leiria, Évora y Faro.
Antes que esta conexión, sin embargo, está previsto que se ponga en marcha la línea Lisboa-Elvas-Badajoz-Madrid: una conexión muy esperada ya que actualmente es necesario coger varios trenes y el viaje dura más de ocho horas. Por el lado portugués, podría estar operativa para diciembre de 2023 –a falta de saber si se construirá un puente sobre el Tajo, que acortaría el tiempo de viaje–.
Desde el otro lado de la frontera, en España ya está en funcionamiento el tramo entre Badajoz y Plasencia pero el tramo de Talavera de la Reina-Oropesa a Madrid, de 200 kilómetros, se sigue estudiando.
Desde el pasado mes de octubre la estación de Badajoz, por cierto, sirve de enlace para el servicio Madrid-Lisboa, fruto de un acuerdo entre Renfe y la empresa pública Comboios de Portugal (CP). El trayecto, que conecta Badajoz con la capital de Portugal, tiene una duración de casi cuatro horas.
Otras conexiones de tren con España
El Plan Nacional Ferroviario del país vecino aborda también otras conexiones con España, como es el caso de la línea atlántica Lisboa-Oporto-Braga-Vigo –una de las prioridades portuguesas– o el del eje Faro-Huelva-Sevilla, reivindicada tanto por el Algarve como por Andalucía.
En esta materia en España se han adoptado medidas como la gratuidad de los trenes, que según los cálculos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) evitará la emisión de más de un millón de toneladas de CO2 a la atmósfera a lo largo de todo el año 2023. Una bonificación que se hará extensible a los autobuses de largo recorrido a partir del próximo año.