La historia como un evento que pudo ocurrir en el tramo de una calle por el que uno pasea a diario y no como un hecho ajeno. Ter, divulgadora de arquitectura en YouTube, dice en uno de sus últimos vídeos que “vas por la vida sin enterarte de las cosas”. Y José Ignacio Naranjo, ingeniero informático y desarrollador de la App ‘Vestigios de la Guerra Civil’, da continuidad a esa idea: “a lo mejor llevas 30 años viviendo en un edificio y no sabes que hay restos de metralla en tu bloque”.
En tu propio bloque o en la zona de plaza de España: “en la esquina del templo de Debod con plaza de España (donde estaban los tanques que asediaban el cuartel de la montaña) encuentras algunos orificios que probablemente sean balas disparadas del cuartel a las posiciones que le estaban asediando”, dice Naranjo. O incluso en la propia catedral de la Almudena: “si vas por el lateral de la catedral ves marcas súper evidentes con un patrón muy característico”.
La convivencia es tan evidente como constante: los vestigios están presentes a ojos de quien quieran verlos. Y aquellos que no se conservan también se pueden ver. O por lo menos, imaginar. En la App ‘Vestigios de la Guerra Civil’, se mapea un evento, se marca el punto exacto en el que ocurrió, se acompaña de la foto del acontecimiento y se describe lo que sucedió.
Impensable sin la colaboración
Naranjo creó la aplicación durante el confinamiento y lo hizo como consecuencia de un mayor tiempo libre y de una curiosidad bidireccional: curiosidad en forma (desarrollo de una App) y curiosidad en tema. “Empecé este proyecto con una intención divulgativa, no para educar a nadie”.
Desde que ‘Vestigios de la Guerra Civil’ estuvo disponible para su uso hasta ahora ha pasado un año y medio y el crecimiento de la aplicación –que registra más de dos mil vestigios– es impensable sin la colaboración ciudadana. Como una Wikipedia para flaneurs con intereses históricos.
Naranjo incide en la importancia de los colaboradores e incide en dos. Uno es Daniel Rodríguez, un historiador de Zaragoza, y el otro es David González Palomares, un historiador asturiano. Naranjo sintetiza su función con un hecho: “alguien pone una foto antigua de un tanque, yo me pregunto qué tipo de tanque es y ellos lo reconocen”.
Una Wikipedia de la Guerra Civil
El propio creador de la App es consciente de sus limitaciones: “no creo que nuestra App pueda servir para hacer un doctorado, pero se va corrigiendo ella sola, como el método Wikipedia”. En ese punto, la duda es evidente: ¿dónde queda la corrección? Naranjo dice: “Hemos tenido suerte porque yo pensé que iba a ser más conflictivo porque iba a encontrarme historias muy sesgadas o revisionistas y la gente suele escribir con un tono bastante sosegado” y añade que invita a evitar la adjetivización: “los hechos se definen en sí mismos”.
Madrid durante la Guerra Civil
Uno de los valores de la App es esa suerte de museización virtual de la ciudad. Y del país. ‘Vestigios de la Guerra Civil’, que nace en Madrid porque José Ignacio vive en Madrid, añade información sobre el conflicto bélico a lo largo de toda España. Al respecto, Naranjo dice que en Madrid hay más cosas porque en Madrid pasaron más cosas: “Es una ciudad más grande, hubo un asedio, en el exterior hubo frente durante toda la guerra y se han conservado muchos vestigios”.
Otro motivo es que hay más colaboradores. Uno de ellos es Julio García Montón, mejor conocido en Twitter como El Madrid desaparecido de Penny y J. García Moutón. Al respecto de la mezcla entre colaboradores, Naranjo dice: “la gente se interesa por distintas cosas, personas que recorren frentes, otros que les interesa más la foto antigua, otros a quienes les interesa más ver los restos de impacto de metralla que quedan”.
El futuro de la App
“Soy consciente de que la gente no trabaja gratis: es difícil que sobreviva muchísimo mas porque la gente se cansa”, dice Naranjo en un ejercicio de sinceridad y claridad con respecto a saber en qué mundo vive. El planteamiento de una persona que está acostumbrada a escribir y no conoce profusamente el desarrollo de aplicaciones piensa que el trabajo ya está hecho y que lo lógico es que permanezca.
Pero realmente no es así:”el certificado SSL se renueva cada tres meses y solo puedo renovarlo yo. Si tengo un problema, un accidente, o lo que sea, ahora mismo no hay nadie que sepa… la App se moriría en menos de tres meses”.