El fotógrafo Antonello Dellanotte no habla de posteridad y dice que tampoco piensa en ella, pero hay un hecho que conviene subrayar tras de visitar Expo de la Luz, la muestra que celebra el aniversario del Paisaje de la Luz como patrimonio de la UNESCO.
El hecho en cuestión es que, dentro de cien años, las semanas de confinamiento aparecerán mencionadas en los libros (o el soporte que se quiera) de historia. Y las imágenes que ilustren el estado del parque de El Retiro durante esos días solo podrán ser suyas. Los meses que estuvo cerrado el parque insignia de Madrid solo hubo un fotógrafo que podía visitarlo.
Y ese fotógrafo era Antonello Dellanote, que también es el autor de las fotos de las que se sirvió Madrid para presentar la candidatura del Paisaje de la Luz.
Una exposición fraguada en el tiempo
Dellanotte ni siquiera quiere pensar en las fotos que se han quedado fuera. La exposición la componen una decena fotos y él reconoce haber hecho más de un millón de fotos al Retiro. Empezó a hacerlo hace más de diez años y es inevitable que la gran mayoría de las fotos de la muestra sean de los últimos tiempos: una nevada y un confinamiento histórico lo justifican.
Hay una foto casi celestial que Dellanotte pudo tomar por ser también el único fotógrafo con posibilidades de acceso al Retiro durante los meses que estuvo cerrado el parque tras Filomena.
A la derecha de esa foto hay otra que tiene algo de la teoría del gusto adquirido (esa que dice que un alimento que no te apasiona termina por gustarte tras exponerte a él) y dice que “cuanto más veo esta foto más me gusta”. Dellanotte se refiere a ella así: “Me gustan las fotos pictóricas, pero también me gusta la vida. Si te pones a mirar la foto verás que hay mucha vida. El atiborramiento de cosas que están pasando… incluso este perro es buñuelesco”.
Del cuadro a la mesa
La exposición, que es gratuita y está abierta a todo el público, se encuentra en el histórico Hotel Palace. Nada más entrar, basta con seguir recto hasta el zaguán previo a la entrada del restaurante y en ese espacio dos imágenes en chromalux a izquierda (El Prado) y a derecha (El Palacio de Cristal) reciben al visitante, al huésped o al madrileño. En palabras del propio fotógrafo: “la exposición se mezcla con la vida del hotel”.
Circularmente, los cuadros van rodeando el restaurante y de la pared saltan al plato. El sentido es radicalmente metafórico: José Luque, chef ejecutivo de The Westin Palace, y Natalia Núñez Dato, comisaria de la exposición, han elaborado en un menú degustación (65€ sin bebidas) en el que cada uno de los seis platos están inspirados por las imágenes de Antonello Dellanotte.