Las dificultades de moverse en bicicleta por Madrid tienen dos grandes protagonistas: la orografía de relieve alterado que caracteriza a la ciudad y los pocos kilómetros de carril bici. La última parte está en camino de ser solventada. El Ayuntamiento de Madrid inauguró ayer el tramo más largo de carril bici del paso de la Castellana.
Se trata de la primera fase de los seis tramos que enlazarán plaza de Castilla con Atocha y es un recorrido compuesto por dos vías ciclistas unidireccionales de 2,2 kilómetros cada una (un total de 4,4 km sumando ida y vuelta) así como una sección transversal de dos metros.
El tramo une Raimundo Fernández Villaverde con plaza de Castilla y, en palabras del Ayuntamiento, “se convertirán en el eje vertebrador de la movilidad ciclista de la capital, donde nacerán o confluirán otros viales destacables destinados a la micromovilidad”.
La perspectiva del consistorio
Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente y Movilidad, indicó ayer que las expectativas del Ayuntamiento pasan por un incremento de 4.000 viajes al día (actualmente hay unos mil).
Las obras, por otro lado, han tenido un coste de cuatro millones de euros y se han ejecutado en doce meses.
El carril bici, que es de color azul celeste por integrarse en el branding de Madrid 360, forma parte de los acuerdos de la Villa, el compromiso suscrito por todos los grupos del Ayuntamiento de Madrid en 2020.