Un buen plan castizo empieza o acaba haciendo cola en alguna de las churrerías de Madrid. Harina, agua y sal son los ingredientes principales de este ¿postre?, ¿desayuno?, ¿merienda?, que podría parecer fácil de elaborar, pero cualquiera que lo haya intentado en casa sabe que no lo es.
Pese a su sencillez, los churros son todo un éxito globalizado. No es extraño encontrar un puesto de chichis (una de las formas de decir churros en francés) en plena plaza de la Bastilla de París, o toparte con ellos en alguna pastelería hípster de Nueva York. Su origen parece variar también según donde te encuentres. En Estados Unidos creen que los churros son mexicanos, en México que su origen está en China y en Madrid que son de aquí. Lo cierto es que sus ingredientes son los mismos que de los buñuelos y es muy típico en la repostería española freír la masa en aceite.
1. Chocolatería San Ginés
Si hubiese que crear un sabor específico de Madrid, los churros de San Gines tendrían que incluirse de alguna manera. ¿Quién no ha hecho cola la mañana de Año Nuevo para resucitar con sus churros con chocolate? Abre las 24 horas del día, los 365 días del año, así que podéis disfrutar en cualquier momento del año, sí, incluso en verano si os atrevéis.
Ubicación: pasadizo de San Ginés, 5 (Centro)
2. Chocolat Madrid
En Chocolat elaboran su chocolate espeso a diario y utilizan muy poca azúcar y sus churros son dignos compañeros para mojar en la taza. Aunque es uno de los locales más jóvenes de la lista, se ha ganado su hueco a pulso. Si por lo que fuera los churros o las porras no te apetecen, tienen todo tipo de repostería clásica, incluidas palmeritas de chocolate.
Ubicación: calle de Santa María, 30 (Las Letras)
3. Churrerías Siglo XIX
Churrerías Siglo XIX consiguen churros muy crujientes y poco aceitosos —todo un arte dar con el equilibrio exacto. Imprescindible tomarlos con su correspondiente chocolate y no te asustes si ves el local muy lleno, porque tiene dos plantas y arriba casi siempre puedes encontrar un hueco.
Ubicación: avenida de la Albufera, 270 (Vallecas) y calle de San Onofre, 25 (San Sebastián de los Reyes)
4. Churrería Chocolatería La Encarnita
Cuesta hablar de un local como La Encarnita sin apelar a un recuerdo que, si no es universal, al menos es compartido por muchos: el de las frías mañanas de domingo de la infancia en las que la pereza del madrugón duraba hasta el momento en que cruzabas el umbral de la puerta y la promesa de un desayuno calentito cabía en una bolsa de papel marrón y un tarro de chocolate para llevar.
Este negocio familiar, de los míticos del barrio, continúa haciendo churros, porras y chocolate caliente con la misma dedicación que cuando abrió y con el trato de quien sabe que, antes que clientes, sus parroquianos son vecinos.
Ubicación: calle de Meléndez Valdés, 45 (Chamberí)
5. La Antigua Churrería
La Antigua Churrería pertenece a otra antigua familia churrera que consiguieron tener varias sedes por la Comunidad de Madrid y en la capital, aunque actualmente solo queda el local original. Sus churros tienen el punto exacto de aceite, gracias a que tienen poca miga. Los hacen en la versión clásica, simplemente con azúcar por encima, o en las versiones más modernas: bañados en chocolate o con diferentes rellenos (espectaculares los de dulce de leche).
Ubicación: calle Bravo Murillo, 190 (Tetuán)
6. Churrería La Andaluza
La Churrería La Andaluza tiene un local muy pequeño, no tiene ni mesas ni sillas, pero siempre está lleno. ¿El motivo? Sus porras y sus churros (en versión lazo). Si te queda hueco hay que probar sus buñuelos, que también están buenísimos. Esta churrería de Madrid empezó su andadura poco antes de la Guerra Civil, cuando Tetuán era casi un pueblo, y perteneció a la misma familia hasta 2005, cuando el churrero Javier Mata Serna, empleado hasta entonces, se convirtió en propietario.
Ubicación: calle de Hernani, 10 (Cuatro Caminos)
7. Chocolatería 1902
Los Artesanos 1902 es una de las churrerías centenarias de Madrid. Hace cinco generaciones que este establecimiento prepara los churros con azúcar, cubiertos de chocolate y, por supuesto, las porras. Siguen estando igual de buenos que antaño, y además tiene churros sin gluten. La experiencia mejora todavía más cuando se suma uno de sus diferentes tipos de chocolate: puro, con nata, o al ron.
Ubicación: calle de San Martín, 2 (Sol)
8. Manosanta
Manosanta es la representación de cómo sería una churrería si los churros fueran típicos de Copenhague, pero esta está en el barrio Salamanca. Desde Manosanta explican que buscaban alejarse del aspecto de una churrería para hacer algo más “cosmopolita y actual, donde las nuevas y antiguas generaciones se sientan identificadas”. La innovación no es solo estética, también han creado una especie de sándwich con dos churros enrollados, sustituyendo al pan y en medio helado, al que han denominado Pecado Mortal.
Ubicación: calle Hermosilla, 97 (barrio Salamanca) y C. de Fermín Caballero, 75, Fuencarral-El Pardo (Madrid)
9. Churrería Santa Ana
La Churrería Santa Ana es un local pequeño que lleva desde 1895 alegrando las mañanas de los vecinos de El Rastro. Aquí no hay espacio para sentarse, el take away ya se llevaba a finales del siglo XIX. La receta es la misma, solo venden churros, porras y patatas fritas, también chocolate y café para beber. Suele haber cola, pero va rápida.
Ubicación: calle de Santa Ana, 7 (El Rastro)
10. Chocolatería Valor
El clásico chocolate de Villajoyosa toma forma de churrería en Madrid. Un 50% por ciento del éxito del negocio ya estaba asegurado, el chocolate espeso de la casa es ya un clásico, sumarle los churros y las porras era casi una obviedad. Tanto ha funcionado que ya tienen cinco espacios en Madrid y otros tantos repartidos por el país.
Ubicación: Varias localizaciones