La reforma de la Puerta del Sol, de parecerse a algo, se parece una partida de ajedrez: el caballo (igual que otras tantas figuras) se mueven de sitio estratégicamente. Y la última pieza en moverse ha sido la Mariblanca, una estatua que ha rotado por todo Madrid desde el siglo XVI.
La Mariblanca –que es una representación de Venus– se desplaza apenas 18 metros y se mueve de la intersección con Arenal al extremo occidental de la nueva alineación de bancos.
Una escultura con historia
La estatua que vemos en Sol no es la que vieron los habitantes del Madrid de 1630, sino que se trata de una réplica hecha por Jerónimo García Gallego. La estatua original está en la Casa de la Villa y está acompañada de un texto que resume parte de su historia:
El año 1625 la estatua conocida popularmente como la Mariblanca fue adquirida al escultor florentino Ludovico Turqui para coronar la fuente llamada de la fe, erigida delante de la iglesia del buen suceso en la Puerta del Sol.
Coronó la fuente hasta 1838 y a partir de ahí fue rotando por toda la ciudad: estuvo frente a la plaza de las Descalzas, pasó por el Retiro, estuvo en Recoletos y también fue vandalizada.
La réplica se instaló en Sol en 1986 y debido a las obras de 2004 hubo otro cambio de localización. La Mariblanca estuvo en un almacén entre 2006 y 2009 hasta que se colocó en la ubicación que ha estado esta última década: la citada confluencia entre Arenal y Sol.