Madrid se ha convertido en segunda residencia de algunos de los mejores chefs. Ya no del mejor del mundo, que es madrileño, sino de otros nombres potentes. Desde cocineros consolidadísimos como Martín Berasategui –que acaba de ganar una estrella con su Club Allard– hasta jóvenes promesas como los chicos de Cañitas Maite –dos jovencísimos chefs que vinieron de Albacete con su estrella y que la acaban de replicar en la capital a través de CEBO.
Teniendo en cuenta esto, no sorprende que, a Jordi Cruz, el chef conocido fuera de Barcelona por poner su rostro en el programa de cocina Masterchef (y que atesora cinco estrellas), le preguntaran el otro día que por qué no había abierto un restaurante en Madrid.
El contexto era una entrevista de El Suplement de la radio 3Cat y de la respuesta se infiere que lo abrirá próximamente: “Porque no he encontrado el que me gusta. Porque lo abriría mañana porque el nivel de hostelería a día de hoy Madrid está mucho mejor que nosotros”.
El chef catalán también comparó a Ada Colau con Isabel Díaz Ayuso (pese a la diferencia de roles: una, alcaldesa de la ciudad y otra, presidenta de la región). Y ha mostrado su opinión al respecto de las diferentes gestiones al argumentar que él de hospitales no sabe, pero que en lo que respecta a hostelería Madrid lo hace mejor.
Madrid, Barcelona y las estrellas
La eclosión culinaria de Madrid es en cierto modo innegable, pero todavía no le llega a Barcelona en cuanto a reconocimiento gastronómico se refiere. Y es que, tras la última gala, Madrid suma 36 estrellas repartidas en 28 restaurantes mientras que Barcelona atesora 43 repartidas en 32.
De todas esas estrellas barcelonesas, cinco le corresponden a Jordi Cruz. Aunque antes de que se celebrara la gala le correspondían seis. Cruz suma tres en ABaC, una en Angle (perdió la otra) y otra en Atempo. Todos los restaurantes están en Barcelona.