“Casquería”, sé que a muchos la palabra por sí sola ya les produce cierto resquemor, pero es que no todos los paladares están preparados para llevarse a la boca las partes menos deseadas del cerdo o la vaca. La verdad es que por ahora, nosotros sólo toleramos los callos, aunque sí estos nos han conquistado, ¿por qué no el resto? Aunque de momento ya tenemos el estómago lleno, pero para que también lo llenéis vosotros, aquí tenéis los mejores callos de Madrid:
- Taberna de San Mamés: entrar a esta taberna es retroceder casi 40 años, porque el tiempo no ha pasado mucho por ella, ni por sus callos, que siguen conservando la calidad del principio. Aunque después de tantos años le ha salido mucha competencia, es uno de los lugares más emblemáticos de Madrid para comer este plato tan castizo. Son algo menos picantes que el resto, pero también te hacen dejar el plato limpio.
C/ Bravo Murillo, 88 - Bar Alonso: los callos de Alonso llevan preparándose desde 1957. Ahora calentar los estómagos de sus vecinos y de todo aquel que llega en búsqueda de sus callos es cosa de su hijo, que ha aprendido la tradición familiar a la perfección. Sus callos (a la madrileña, por supuesto) hay que acompañarlos con pan para poder mojar. Con el punto justo de picante y bien desgrasados, ideales para entrar en calor. Nada de ir tarde a visitar a Alonso, porque la barra es pequeña y se lucha por conseguir hacerse hueco en ella.
C/ Gabriel Lobo, 18 - Bar Casa Dani: en Casa Dani derrochan simpatía y mucha calidad en sus productos. Pero lo que más nos gusta es que combinan dos platos que nos encantan en uno, porque aquí los callos vienen acompañados con un pincho de tortilla de patatas. Es imposible fallar con esta combinación. Y como es conocida por muchos, es muy difícil encontrar hueco en el local, así qué es mejor ir pronto.
C/ Ayala, 28 - La Tasquita de Enfrente: muy picantes y con chorizo y morcilla asturianos. Así son los callos de La Tasquita. La salsa es consistente y la textura de los callos es de las que más nos gustan. Se debe a que una vez preparados, los conserva en frío durante casi dos días.
C/ Ballesta, 6 - Casa Ricardo: este restaurante está pensado para los amantes de la casquería, porque no solo están buenísimos sus callos, sino también las mollejas y los riñones (o eso nos han dicho, porque no nos atrevimos a probarlos). En cuanto a los callos, esos sí nos conquistaron. Picantes y con una salsa muy gelatinosa, pero perfecta para mojar pan.
C/ Fernando el Católico, 31 - La Tasquería: es el menos tradicional de la lista, pero no por ello el menos rico. La idea es transformar las recetas más tradicionales sin que pierdan su esencia, pero con una presentación y unas elaboraciones más minimalistas. Sus callos se presentan en una cazuelita, acompañados de pata y morro…y son una exquisitez.
C/ Duque de Sesto, 48 - Casa Alberto: este restaurante cuenta con mucha historia a sus espaldas. Se construyó sobre la que fue la casa de Cervantes y también fue punto de encuentro de dramaturgos y artistas. Sus callos centenarios siguen conquistando a todo el que los prueba. La salsa es una de las que más nos han gustado, tiene la cantidad exacta de cada ingrediente.
C/ Huertas, 18