El hábito de llorar es un arte, igual que lo era el de morir para la poeta Sylvia Plath. Llorar, además, tiene múltiples beneficios para el organismo: elimina toxinas y emociones negativas, libera el estrés y genera bienestar. Ante los prejuicios acerca del llanto, desde Madrid Secreto mostramos una actitud claramente defensora: en una versión mejorada de lo que decía Ramón de Pitis, nosotros afirmamos sin ningún atisbo de dudas que llorar es la auténtica salud. Por eso, para hacer de la experiencia del llanto toda una genialidad, aquí van los mejores sitios para llorar en Madrid.
1. Puerta del Sol
¿Qué es una raya para un tigre y qué es una persona más mostrando sus sentimientos rodeado de gente? Camuflado entre una infinidad de personas, la Puerta del Sol se erige en el primer lugar. Llorar y pasar desapercibido aquí es posible.
2. Parque de las 7 tetas
El llanto por la abrumación. El Parque de las Siete Tetas (o Cerro del Tío Pío –uno de los mejores miradores de Madrid–)es un sitio fantástico para llorar por muchas razones. Una de ellas es porque ofrece una de las mejores vistas de Madrid y te ofrece la posibilidad de sufrir un verdadero stendhalazo.
3. El Metro a la una de la mañana
Miércoles. Una de la mañana. Últimos viajes de metro. Si buscas la soledad y en tu casa no la encuentras, el Metro a esta hora es tu sitio. No se nos ocurre ningún sitio más vacío a lo largo de toda la geografía madrileña. En el metro puedes, incluso, sollozar.
4. El Manzanares
Asomado a uno de sus puentes. Sería precioso decir que el agua va al agua y que tus lágrimas se las lleva el río. El condicional viene dado de que el agua del Manzanares es más bien escasa. Da lo mismo: un sitio fantástico para llorar como un niño.
5. Ciudad Universitaria
El llanto por mimetización: uno de los mejores llantos que conocemos. Como verse arrastrado por la marabunta. Ir en temporada de exámenes a la facultad de Medicina, sentarse en las escaleras de la puerta y llorar. Es prácticamente imposible que alguien te moleste: la gente intuirá que el examen te ha salido mal.
6. La parte de arriba del Hotel Riu
No hay muchos más motivos más allá de que es, probablemente, el punto del centro de Madrid que mejores vistas ofrece. Subir al Hotel Riu, pedirse un algo y llorar. Es un planazo, solo te hace falta encontrar el motivo.
7. Viaducto de Segovia
Esta opción tiene un doble filo: puedes llorar viéndolo en la distancia y puedes llorar desde su parte de arriba. Perfecto para sentirse un personaje de una película de Jonás Trueba. Imposible no sentirse dentro de una especie de nouvelle vague madrileña. Creerás que estás llorando en blanco y negro.
8. Un cine alternativo
Apenas hay gente, la entrada es barata y lo mejor de todo: está oscuro. Si te metes a ver un dramón, nadie te juzga por tus sorbidas de mocos incontrolables. Ni te molestes en buscar uno, que aquí tienes una lista de los mejores cines alternativos de Madrid.
9. Intercambiador de transportes de Avenida de América
Cuando la vida se pone cuesta arriba la huida a otro sitio parece una buena vía de escape a todos los problemas. Sabemos que esa lógica es errónea, pero si estás llorando y tienes la maleta hecha, mejor vete a curar tus penas a una estación de autobuses. Es preferible arrepentirse y dar la vuelta en Logroño que empezar de cero en Las Vegas.
10. Jardín del Museo del Romanticismo
Has llegado a un nivel de desazón tal que solo Bécquer o Larra te entenderían. Este jardín poco transitado te contagia de la tremenda pena que inspiraba a los literatos del siglo XIX. Y puedes tomarte un café aquí mismo para reponer líquidos: te va a hacer falta.
11. Planetario de Madrid
El único lugar de la ciudad donde tienes la seguridad de que todo el mundo está mirando al techo y no a tu rostro bañado en lágrimas. Si no tienes un motivo claro para estar triste, los vídeos sobre la inmensidad inasumible del universo despertarán tu ansiedad existencial. Qué poquita cosa somos y qué pena tan grande la tuya.
12. Un palco del Teatro Real
Más barato que un hotel, menos sórdido que un hostal. La voz de los cantantes de ópera amortigua tus lamentos. Estás solo o, como mucho, acompañado por miembros de la aristocracia madrileña que no malgastarán su valioso tiempo en mirarte. Los monóculos y los prismáticos dorados disimulan de maravilla los ojos rojos e hinchados.
13. Rosaleda del Parque del Oeste
¿Mal de amores? Date un paseo por la rosaleda más famosa de Madrid, que no se diga que no metiste bien el dedo en la llaga. Cada flor te recuerda a un ex o a un amor imposible, y las parejas que se besan bajo el techo de pétalos te rompen el corazón otra vez.
14. Estanque grande del Parque del Retiro
Contemplar el mar y que tus lágrimas se confundan con el oleaje no es una opción cuando estás a cientos de kilómetros de la costa. Pero nada te impide montarte en una barca y remar sin rumbo fijo en el estanque del Retiro. La intimidad no está asegurada, pero la épica persiste.
15. Una parada de autobús interurbano
Tienes entre 20 y 45 minutos para deshacerte por completo en la llorera más gorda de tu vida antes de que aparezca el próximo autobús. El extrarradio madrileño favorecerá la falta de compañía, y de haber alguien a tu lado, será un pasajero que también llore porque le toca esperar tres cuartos de hora en medio de la nada.