La cultura del pelotazo nos ha dado muchos dolores de cabeza y muchos titulares irritantes, pero, oye, ¿y las risas? Porque lo que viene ahora es, al menos, una tragicomedia. Si creías que esos edificios vacíos en terrenos donde nunca nadie pensó mudarse eran de coña, espera a ver algunas de las joyas de la corona: las rotondas. Aquí algunas de las mejores rotondas de Madrid.
1. Una rotonda en línea recta
Lo sabemos, ese diseño podría haberlo hecho un perro. Pero, ¿sabes qué es aún mejor? El hecho de que esta rotonda de Boadilla del Monte tenga solo una salida. Dicho lo cual: una rotonda con una sola salida, quizás debería llamarse carretera en línea recta.
2. ¿Un avión?, ¿por qué no?
A alguien le sobraba un F4 y pensaron que esta rotonda en el ensanche de Getafe parecía buen sitio para lucirlo.
3. Menina y menino
Las meninas se reprodujeron, se expandieron, salieron a las calles en forma de intervenciones artísticas y también se convirtieron en rotonda. Contra este tipo de moda, por cierto, existe un colectivo llamado Stop Meninas que persigue esas figuras de metro ochenta de altura y compuestas por fibra de vidrio.
4. El Monstruo de Leganés
Lo que viene a continuación es el resultado de un bello juego de asociación de ideas, el producto de una mente creativa trabajando al 200 por cien: a esto se le llamó El Monstruo de Leganés. No requiere mayor explicación.
5. La montaña rusa
También en Leganés, que sin duda ostenta el título del municipio madrileño con mayor número de esperpentos por rotonda. A esto se le conoce popularmente como ‘La Montaña Rusa’.
6. La cabeza olmeca de Vallecas
La cabeza original fue tallada entre los años 1200 y 900 antes de Cristo y descubierta (estaba enterrada) a mediados de siglo XIX. Madrid no es la única ciudad del mundo que tiene una réplica, también pueden presumir de ello otras urbes como Londres o Pekín. La réplica madrileña fue esculpida por Ignacio Pérez Solano y la original se encuentra en el Museo de Antropología de Xalapa.
7. Una rotonda en un cementerio
Cada rotonda esconde una historia: la de Villanueva de la Cañada la oculta bajo el manto de césped que cubre la glorieta. Es un cementerio. No hay nada igual en España y es difícil saber si hay algo igual en el mundo. Villanueva de la Cañada crecía, era principios de los 2000, la expansión urbanística era imparable y la dirección del crecimiento apuntaba en una dirección: el Cementerio de Cristo. La carretera lo rodeó, lo cercó, lo aisló.
8. El oso de Haribo
Y por último pero no por ello menos importante, está este oso verde de siete metros de altura, sito en Boadilla del Monte, y que costó, junto con otras dos rotondas, dos millones de euros.