Madrid es una ciudad en la que más es poco. Si este artículo fuese un anuncio de promoción de la ciudad, esta introducción estaría contenida de frases como «aquí puede pasar de todo» o «lo impensable en Madrid es probable». Clichés y frases que serían suspendidas por un profesor de primero de Publicidad a un lado, este artículo se monta en la ola de las inteligencias artificiales… para mostrar lo contrario.
¿Y qué es lo contrario a la inteligencia artificial? El despiste humano (podría pensarse en un sentido literal) o lo surrealista hecho habitual. Esta segunda opción es la que nos ocupa. Madrid y sus calles como escenarios de ciencia ficción, como sets de rodaje de una película de Juan Cavestany o como anécdotas que parecen efectos Mandelas. Anécdotas, en suma, que contaría la ciudad si pudiese hablar.
1. La ballena en el Manzanares
Es posible que al pensar en una ballena en relación con Madrid la imagen mental que figure la cabeza de la persona que lee esto sea la cristalera que da acceso al Metro y al Cercanías de Sol. Nada más cerca de la ficción.
Una enorme estructura con forma de cachalote apareció en 2018 en medio del Manzanares (donde, sí, han aparecido otros animales como nutrias o zorros). Lo cierto es que cuesta imaginar a una ballena surcando 300 kilómetros de río cual salmón salvaje: la presencia de la estructura fue una acción del grupo ecologista Greenpeace con el fin de concienciar al respecto de la fragilidad de los océanos.
2. Trineos con huskies en Filomena
A veces se confunde lo inédito, lo inaudito y lo insólito y generalmente es raro que un suceso reúna esta triada de adjetivos fonéticamente parecidos. Filomena lo aunó. Cada quien tiene en su retina o en su carrete del móvil una imagen más o menos surrealista. La ciudad teñida de blanco ya era de por sí algo nunca visto por la gran mayoría de madrileños.
El ingenio afloró y nos sorprendimos con la cantidad de gente que tenía esquís, bastones de trekking, palas para cavar y, sí, también huskies y trineos.
3. El cambio de ubicación de la Osa y el madroño
El pasado 24 de marzo, los madrugadores que paseaban por la puerta del Sol, se encontraban una imagen no tan insólita: la osa y el madroño sobrevolando la plaza (como ya lo había hecho, por ejemplo, en 2009). Ver cómo esta estatua era rodeada por decenas de operarios y personal del Ayuntamiento que observaban embobados cómo revestían a la pobre osa con engranajes e hilos de diamante, era toda una escena costumbrista: el perfecto homenaje a los jubilados que ven obras.
Apenas se desplazó unos metros, a una nueva ubicación cerca de la boca de metro, pero la estampa de una puerta del Sol destrozada por unas obras que parecen no terminar nunca y ese paquetito volador de 20 toneladas en el que se convirtió la épica estatua… La realidad siempre supera a la IA.
4. La plaza Mayor como aparcamiento
No hace falta mirar los archivos de los 60 para ver la plaza Mayor como aparcamiento, en 2022 se llenó de coches oficiales durante unas horas mientras se celebraba una de las reuniones de la Cumbre de la OTAN. Este símbolo de Madrid y espacio declarado Bien de Interés Cultural se utilizó para que los coches de los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores de la Alianza Atlántica pararan aquí mientras las delegaciones asistían a una cena en el Palacio de la Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Y así se volvió a dar esta imagen que hacía 60 años que no veíamos.
5. Los patos de goma en Cibeles
En 2008 la celebración de La Noche en Blanco, el evento cultural que se da al caer el sol, normalmente en septiembre, en el que se abren las puertas de los museos y se celebran diferentes espectáculos por la ciudad de manera gratuita, tuvo un invitado especial. La fuente —y rotonda— de la diosa Cibeles ha pasado por muchas decoraciones de banderas y cambios de iluminación, pero nunca había sido camp, hasta entonces.
Ese año cuatro recreaciones a gran tamaño de los clásicos patitos de goma, obra del artista Eladio de Mora o dEmo, rodearon la estatua para la celebración. Este artista también es autor del oso de gominola gigante situado en una rotonda de Boadilla del Monte. Una IA no podría imaginar tanta aleatoriedad.
6. Shakira deja Madrid
Las vueltas que da la vida. Y si no, que se lo digan a Shakira. De ver un derby en el palco del estadio Santiago Bernabéu con una camiseta del Real Madrid que lucía su nombre a mantener una relación sentimental durante años con Piqué, el que fuera defensa del Fútbol Club Barcelona. De sobras es sabida la rivalidad histórica entre el Madrid y el Barça, por lo que esta imagen parece más una creación de la IA que un acontecimiento real, pero ya sabemos que, a veces, la realidad supera a la ficción.
La foto fue tomada en 2005 y, según informaron los medios de aquel entonces, fue la cantante, en aquel momento reconocida madridista, la que se puso en contacto con el Madrid para poder asistir al partido. Además, habló de que su jugador favorito era Zidane (por eso el número 5 del dorsal). Resulta curioso que seis años más tarde, en 2011, después de que saliese a la luz su relación con el futbolista catalán, los rectores del club merengue prohibieran las canciones de la artista colombiana en la megafonía del Bernabéu. ¿Qué pasará ahora que Shakira y Piqué ya no están juntos? ¿Se repetirá esta instantánea? Claramente se haría viral en cuestión de segundos.
7. El césped de la plaza Mayor
Acabar con la arquitectura hostil de las grandes plazas duras –sin árboles, sin fuentes o sin bancos en los que sentarse a descansar sin necesidad de consumir– de Madrid es una de las cuestiones que siempre acaba saliendo a relucir cuando se habla de urbanismo en la capital. Sin ir más lejos, con la reciente reforma de la Puerta del Sol o la de la de plaza de España. Y un lugar tan icónico y camaleónico como la plaza Mayor no podía quedar al margen del debate.
Fue el artista madrileño SpY el que, en 2017, por el IV Centenario de la plaza, instaló una gran alfombra de césped redonda de 70 metros cuadrados que transformó por completo no solo el aspecto de la plaza, sino también la percepción de la gente del espacio y su uso: los peatones y viandantes se apropiaron del centro de la plaza como si se tratase de un parque. Como si se tratase de un lugar donde quedarse en lugar de uno en el que estar solo de paso.
8. Will Smith y el Atleti
No es extraño ver publicidad en las camisetas de fútbol, pero a veces estos acuerdos comerciales dan lugar a imágenes que quedan para la posteridad. Y es que muchos años antes de que en las camisetas del FC Barcelona se pudiese leer Motomami, en las del Atleti era frecuente ver producciones de Hollywood.
Una de ellas fue Dos policías rebeldes 2, una película de 2003 dirigida por Michael Bay que tenía como uno de sus protagonistas a Will Smith. El actor, como parte de la campaña de promoción de la película, viajó hasta Madrid donde Fernando Torres –’el Niño’–, le regaló una camiseta con su número (el 12) y su nombre.
9. Kevin Durant y una pachanga en Lavapiés
Corría el año 2015 cuando el jugador profesional de la NBA Kevin Durant visitó el madrileño barrio de Lavapiés en una campaña organizada por la marca deportiva Nike. La superestrella del básquet de 2 metros de altura llegó a la cancha del parque Casino de la Reina con la enorme expectación de cientos de chavales que se aglomeraban en la entrada. Finalmente, sólo 350 personas pudieron acceder al recinto y apenas unos pocos pudieron jugar una pachanga con el alero apodado Durantula.
Tras el partido, el jugador recordó sus inicios en el básquet en las calles de Washington y dijo: «para mí el baloncesto era entonces un modo de expresarme y de salir de los problemas, pero sobre todo me sirvió para madurar como persona.»
10. Fernando Alonso a toda mecha en la Castellana
Hace ya 20 años que Fernando Alonso recorrió el paseo de la Castellana de la mano de su Renault, dejando una postal que parece sacada de una película de ciencia ficción. El piloto recorrió en su flamante Renault R23 el tramo comprendido entre la plaza de Cuzco y la plaza de Lima con la presencia de miles de personas que observaban desde la acera el espectáculo. Tras la demostración Alonso dio un discurso en las inmediaciones del Santiago Bernabéu, donde los aficionados se aglomeraban para escucharle.
Además, el 20 aniversario de este evento surrealista coincide con la gran muestra dedicada a las carreras de Fórmula 1 que podemos encontrar en IFEMA.
Este artículo ha sido escrito a diez manos por Isabel Nieto , María F. Carballo, Miguel Sánchez, Alberto del Castillo y Elena Francés.