Olvídate de Lavapiés y corre a Tetuán.
Lavapiés, barrio multicultural por excelencia, carga con la etiqueta de un tipo de gastronomía concreta: la hindú. Hindú que no india, porque la mayoría de los restaurantes “indios” de Lavapiés están regidos por bangladeshíes. Así lo afirmaba Rezaul Karim, vicepresidente de la Asociación de Bangladesh en Madrid. Y si algo ha demostrado la península del Indostán es que las fronteras son arbitrariedad y ficción.
Pero volvamos al buche. Antes se te antojaba comida india y tenías pocas ganas de romperte el coco buscando dónde ir, así que acababas en Lavapiés. Pero ya es hora de cambiar hábitos y subir un peldaño; que la comida india sea algo más que el take away del día de resaca. Y para esto está Annapurna, uno de los restaurantes indios con mayor bagaje en Madrid (más de 20 años a sus espaldas) y un lavado de imagen relativamente reciente que hace que luzca de maravilla.
Situado en la zona de Tetuán, entre las bocas de metro de Tetuán y Cuzco, muy cerca por cierto de otra gran recomendación asiática llamada Shanghai Mama, Annapurna es una de las varias alternativas que Madrid ofrece para comer comida hindú de calidad fuera del llamado «barrio más cool del mundo».
La primera prueba fehaciente son sus samosas de cordero, uno de los platos callejeros indios más popularizados y, quizá por ello, mayor víctima de atentados culinarios. Aquí no hay fallo: pedir sus samosas no es ningún riesgo como tampoco lo son sus bhajias (buñuelos de cebolla rebozada en harina de garbanzo).