Hace casi un mes que se dio luz verde al proyecto y cuatro semanas más tarde las vallas que rodean las inmediaciones de la estatua ecuestre de Carlos III dan cuenta de ello: las obras de remodelación de la Puerta del Sol ya están en marcha. Los trabajos que transformarán la plaza más emblemática de la capital se alargarán hasta la próxima primavera y supondrán una inversión de 10,7 millones de euros.
Vallas, máquinas y la señalización correspondiente están instaladas ya en la icónica plaza para dar los primeros pasos en dirección a la peatonalización definitiva de la Puerta del Sol, que tendrá una duración de 12 meses y transformará significativamente la fisonomía de la plaza.
De momento se han vallado dos amplias zonas a ambos lados de la estatua ecuestre de Carlos III, sobre las que se actuará primero, dejando un paso central libre para el tránsito de peatones, mientras que los accesos a las calles aledañas permanecen abiertos.
Una plaza que se perciba como tal
Las obras no solo supondrán la peatonalización definitiva de la plaza, sino que implican una importante reordenación de los elementos del espacio: cambios de ubicación, elementos nuevos y la desaparición de otros existentes son algunas de las intervenciones previstas.
Dicha reordenación persigue, entre otros objetivos, el de cambiar la percepción de este enclave como una de las plazas duras de la capital, convirtiéndola en un lugar que invite a quedarse. En ese sentido, una de las modificaciones previstas es la creación de un «espacio central diáfano bordeado en su lado norte por una línea de bancos», indica el Ayuntamiento, donde la gente pueda pararse a descansar.
Por otro lado, una de las consecuencias más llamativas y comentadas de esta remodelación es la desaparición de la ballena, que durante 13 años ha formado parte del paisaje urbano de Madrid. En su lugar, se instalará una estructura acristalada.
Fuentes y estatuas
Otro de los cambios que conlleva esta reforma es la eliminación de las dos fuentes que actualmente se ubican en la plaza, y su sustitución por una nueva, en cuyo centro se situará la estatua de Carlos III. Además, dispondrá de puntos de luz que simularán estrellas. Un guiño al firmamento madrileño que tendrá su réplica también en el pavimento, donde elementos de latón emularán rayos de sol.
Finalmente, otro de los iconos ya no solo de este espacio, sino de Madrid, como es la estatua de la Osa y el madroño, cambiará de ubicación. También lo hará la estatua de la Mariblanca, de modo que tras las obras quedarán colocadas a cada uno de los extremos de la futura línea de bancos anteriormente mencionada.