Algunos elementos urbanísticos tienen un componente de farsa y casi performativo. En Madrid están los ejemplos de los tótems (como el de Cuatro Caminos) o el templete de Gran Vía –ambos de Antonio Palacios, por cierto. Son dos elementos que no son originales, pero que imitan una originalidad. Como si hubiera un arrepentimiento por parte de quien elige el remake por delante de la sustitución.
La sustitución es lo que ha elegido el Ayuntamiento de Madrid para las farolas de la plaza de Olavide, la plaza que alojó un mercado en algún momento y que fue definida por el Financial Times como el sueño europeo.
En pleno proceso de remodelación desde el año pasado, la plaza de Olavide ha sucumbido a un cambio en su alumbrado. Y eso es lo que denunciaba a inicios de semana la Asociación Vecinal El Organillo: “es incomprensible que el Ayuntamiento de Madrid sustituya las históricas farolas de Olavide”.
Es incomprensible que el Ayuntamiento de Madrid sustituya las históricas farolas de Olavide de casi 200 años por otras completamente inapropiadas para el entorno y la plaza.
El próximo día 18 en el pleno de la @JMDChamberi preguntaremos por este despropósito. pic.twitter.com/pQbcnGjxKs
— AV 'El Organillo' (@ElOrganillo) January 14, 2024
Este medio ha preguntado al Ayuntamiento por esta cuestión y aunque desconocemos si incomprensible, sí es justificable: “El Ayuntamiento pone farolas de tipo clásico en aquellos lugares donde corresponde, espacios que tienen normalmente un alto valor patrimonial. En el caso de Olavide, estamos hablando de una obra en el ensanche de Madrid, en una plaza que nace a principios del siglo XX y a la que se da la configuración actual hace unos 50 años”.
Y añade: “La idea con este cambio es dar un aspecto moderno, diáfano y desde luego cumplir con la potencia de luz adecuada para el uso sin molestar a los vecinos ni generar contaminación lumínica”.
La respuesta de la asociación vecinal es la siguiente: » el Ayuntamiento de Madrid defiende que las fernandinas llegaron a la plaza en la última reforma. Y en parte es cierto, pero en esta fotografía de finales del siglo XIX se aprecia una fernandina».
El nuevo modelo de farola, por cierto, responde al nombre de City Soul –y se define como de alta eficiencia energética con báculos LED– mientras que el modelo reemplazado es el clásico fernandino, un modelo creado en 1832. Las nuevas farolas las habrá podido ver el ojo atento en zonas como Joaquín Costa, Ortega y Gasset, Doctor Esquerdo o Gran Vía.