Puede que los locales de sillas desiguales y mesas construidas con palés ya estuviesen resultando demasiado repetitivos y que últimamente salir a comprar una simple barra de pan se hubiese convertido en una odisea por la cantidad de gente que había en sus calles, pero quizá la medida que se ha implantado en Malasaña resulte demasiado excesiva.
Hace uno días, una asociación de vecinos que ha preferido mantener sus datos en el anonimato, consiguió que se aprobase una petición que llevaban mucho tiempo intentando conseguir.
La agrupación se puede diferenciar por su modo de actuar: son muy madrugadores, suelen llevar el monedero bajo la axila y acostumbran a pasarse por el forro los turnos en las tiendas del barrio. Sus miembros dicen que llevan años sufriendo en silencio los estragos que ha causado el aumento masivo de “histes” (como ellos les llaman): en más de una ocasión han sido incapaces de diferenciar si hablaban con un chico o una chica y hasta confiesan que han notado cómo han desaparecido algunas de sus prendas favoritas de sus cuerdas de tender. Además de que por culpa de estos “invasores”, salir en busca del vermut y los callos de toda la vida se ha vuelto prácticamente imposible.
Además, los vecinos dicen que han intentado hablar más de una vez con varios hipster para llegar a algún acuerdo, pero que les ha resultado imposible entenderles porque suelen decir cosas como mainstream, vintage, indie, trending topic o hashtag y les resulta complicado mantener una conversación con ellos.
Por todo esto, la asociación de afectados empezó hace más de dos meses a recoger firmas entre los vecinos de toda la vida y aunque al principio parecía que no iba a tener resultado, finalmente los miembros de la asociación han conseguido que se restrinja el horario en el que los hipster pueden pasear por las calles del barrio madrileño.
Por otra parte, los hipster de Malasaña han lanzado un comunicado en el que defienden su modo de vida y hacen un llamamiento a la cooperación y el entendimiento:
“Nuestra forma de vestir y de hablar forma parte de nuestra manera de ver el mundo. #Malasaña, sus calles y su gente nos tienen #inlove y amamos a sus #yayos, tanto a los de la calle San Andrés como a los que nos dicen que por qué vestimos como sus padres. No hacemos daño a nadie con esto y queremos aclarar que la desaparición de prendas de algunos vecinos del barrio se debe a que entre nosotros tenemos auténticos coolhunter y qué lo hacen con la mejor intención”.
No sabemos qué pasará finalmente, si se llegará a establecer o no un acuerdo entre la asociación y los hipster, lo que sí sabemos es que si habéis llegado hasta el final… ¡¡Os la hemos colado!!
¡¡Feliz día de los Inocentes!!