
El verano es célebre entre los aficionados a la astronomía –y entre cualquiera que disfrute, simplemente, de la observación del cielo– porque durante los meses estivales se producen algunos de los acontecimientos astronómicos más esperados y conocidos del año, como la Superluna del Ciervo o lluvias de estrellas como las Delta Acuáridas o las Perseidas.
Pero a veces, al margen de las fechas marcadas en el calendario, también tienen lugar otros fenómenos astronómicos, como fue el caso de la bola de fuego que cruzó el cielo de Madrid el pasado 31 de julio y se quemó a 77 kilómetros sobre Guadalajara.
Según ha explicado la Agencia Europea Espacial (ESA, por sus siglas en inglés), el meteorito entró en la atmósfera el pasado 31 de julio a una altura de 100 kilómetros sobre la capital y antes de su entrada en la Tierra su tamaño era de aproximadamente 10 centímetros.
This fireball☄️ over Madrid ended its days burning up in Earth’s atmosphere on 31 July this year, but the ~10cm fragment began its life as part of Comet 169P/NEAT, responsible for the annual #AlphaCapricornids #meteorshower👉https://t.co/K0rOj0fzBK pic.twitter.com/hCHRWEvdwl
— ESA Operations (@esaoperations) August 9, 2022
La Agencia ha reconstruido el origen y la trayectoria que siguió esta bola de fuego usando imágenes de cámaras repartidas por diferentes lugares –entre las que se encuentra una cámara de la propia Agencia de la red AllSky7 en Cebreros (Ávila)– y cámaras de la Red de Meteoros del Suroeste de Europa (SWEMN).
Según ha detallado la ESA el meteorito, cuyo origen hasta ahora resultaba desconocido, procedía del cometa helado 169P/NEAT. Dicho cometa es, a su vez, responsable de la lluvia anual de meteoritos Alfa Capricórnidas, un acontecimiento que tiene lugar del 15 de julio al 11 de septiembre y produce algunos de los meteoros más brillantes de este tipo de lluvias.
Se cree que dicha lluvia de meteoros –que para el año 2220 «debería ser más fuerte que cualquier otra lluvia de meteoros que se produce actualmente todos los años», según la ESA– se creó hace entre 3.500 y 5.000 años, cuando la mitad del cometa se desintegró convirtiéndose en polvo. Y el propio cometa se habría formado hace 4.600 millones de años, al mismo tiempo que el Sistema Solar.
¿Por qué se producen las lluvias de meteoros?
La explicación que los expertos de la ESA hacen de este fenómeno es que ocurre «cuando la Tierra pasa a través de la trayectoria de un cometa, que a medida que se acerca al Sol y los hielos se ‘subliman’ de sólido a gas, arroja una corriente de material que permanece en su lugar». A medida que esos objetos chocan con la atmósfera de la Tierra, se queman en forma de meteoros brillantes. Y de ellos, los que más brillan se conocen como bolas de fuego.
Además del momento en el que se producen este tipo de lluvias, hay otra forma de ver meteoritos en la capital independientemente del momento del año y sin necesidad de mirar al cielo: visitando el Museo Geominero de Madrid.
La sala que alberga su extensa colección de piedras, rocas y minerales –que ya solo por la espectacularidad del espacio merece una visita– cuenta, según Ana Rodrigo Sanz, su directora, con «un 99,9% de piezas terrestres y un 0,1% de piezas extraterrestres: los meteoritos«.
En palabras de Rodrigo Sanz: «Pensar que han atravesado la atmósfera terrestre, han impactado en nuestra corteza y después nosotros los hemos encontrado… Es verdaderamente sobrecogedor«.