La época más bonita del año ya está aquí. Por fin es otoño en Madrid y la ciudad está más colorida que nunca: queremos ver la capital teñida de rojo y marrón, hacer crujir con los pies los mantos de hojas secas y mirar cómo está estación se manifiesta en todos los barrios.
Esta es la ruta para encontrar las mejores estampas del otoño madrileño.
Real Jardín Botánico
Primerísima parada: el Real Jardín Botánico de Madrid. Aquí hemos venido a ver cómo los colores del otoño estallan en la naturaleza, y no hay lugar madrileño más parecido a una jungla que este (aunque le sigue de cerca el Palacio de Cristal de Arganzuela).
Nos damos una vuelta entre las 5.000 especies vegetales que pueblan el jardín. Veremos tantos tonos de marrón que no sabremos nombrarlos todos.
Paseo del Prado
Una vez hemos salido del Jardín Botánico, tenemos dos opciones: continuar hasta la siguiente parada o dedicar un rato a pasear arriba y abajo por el Paseo del Prado, este eje verde (ahora, rojizo) que conecta Atocha con Neptuno y Cibeles.
La parte central de esta calle es peatonal y está protegida por árboles inmensos. Bonus: si nos desviamos un poquito, nos encontraremos con el Jardín Vertical de CaixaForum, otra maravilla urbanística que no tiene parangón.
Parque del Retiro
Si dejáramos el mejor parque de Madrid fuera de esta ruta perderíamos toda credibilidad como medio de comunicación local. En días otoñales cualquier punto del Retiro está precioso, pero no puede faltar la visita al estanque y al Palacio de Cristal, que están resplandecientes. En este parque siempre es recomendable perderse por los caminos para encontrar sus tesoros ocultos.
Plaza de Olavide
Salimos del pulmón urbano más céntrico y ponemos rumbo a Chamberí. La Plaza de Olavide es como un jardín circular sin barreras, salpicada de grandes macetas y bancos de madera en los que sentarse a respirar el aire del barrio más castizo de Madrid.
El centro lo preside una fuente que nos relaja con su borboteo incesante. Es uno de nuestros lugares preferidos para tomar algo al sol en una terraza, antes de que haga demasiado frío.
Templo de Debod
En pleno centro de Madrid hay un templo egipcio con unas vistas espectaculares. Es conveniente acercarse a Debod para ver el atardecer, si la hora es propicia, aprovechando que después del verano los días son más cortos. Aquí no hay otras instrucciones que disfrutar a nuestra bola de este enclave mágico.
Jardines de Sabatini
En las antiguas caballerizas del Palacio Real ahora crecen las plantas y las flores que da gusto. Recorrer estos jardines nos hace sentir como descendientes perdidos de la estirpe Austria, mientras contemplamos a nuestros pies las esculturas que no acabaron en las cornisas del palacio y recorremos los laberintos.
Campo del Moro
No nos alejamos demasiado: nos falta ir la parte trasera del Palacio Real para continuar esta visita. El Campo del Moro es una joya ajardinada que no tiene la fama que se merece. Aquí hay un vasto prado donde moran algunos pavos reales, lleno de rincones curiosos que solo se pueden conocer cotilleando.
Parque del Capricho
Al norte de Madrid se encuentran los antiguos dominios de la duquesa de Osuna, unos jardines sin igual en la ciudad que albergan un templete griego, árboles y flores exóticos y construcciones singulares como un fuerte defensivo, una casa de muñecas y el refugio de un ermitaño. El paseo se pone todavía más interesante en otoño: es imposible darle una tregua a la cámara de fotos.
Las calles
El otoño en Madrid no se termina en los nuevos colores y las temperaturas frescas. Por estas fechas las calles vuelven a oler a castaña asada y la gente estira las cañas en las terrazas para aprovechar los últimos días cálidos del año. El ánimo general es distinto y, cuando llueve, el ritmo de Madrid se acelera de repente. Empiezan a apetecer el chocolate caliente y el abrigo de una cafetería acogedora.
Las alturas
Anochece cada vez más temprano, pero el frío todavía no nos impide mirar cómo el día toca a su fin. El paisaje del atardecer parece más anaranjado que nunca, enmarcado como está entre árboles de hojas rojizas y el cielo lleno de nubes. El espectáculo hay que verlo desde los mejores miradores de Madrid.
Foto de portada: La foto seleccionada ha sido extraída del libro ‘Retrato de Madrid’, de Javier Aranburu, ya a la venta en librerías.