A lo largo y ancho de Madrid hay calles, estaciones ferroviarias, jardines y plazas que se enuncian con el nombre y el apellido de mujeres cuya historia vital o profesional es indisoluble de la de la ciudad: Clara Campoamor, Almudena Grandes y Verónica Forqué son solo algunas de ellas. A esa lista, ahora, se sumará también el nombre de Estrella Aranda, la primera mujer maquinista de Metro de Madrid, que dará nombre a una zona verde.
El jardín, de una extensión de 5.943 m², no está desligado de su historia: se trata de unos terrenos que son patrimonio histórico de Metro de Madrid, ubicados junto a la Nave de Motores del Retiro (avenida de Cavanilles, 56). En una entrevista en Onda Madrid, Aranda hace hincapié en que este reconocimiento ha sido posible gracias al empeño de muchas de sus compañeras y quiere que sirva de homenaje, también, a todas las mujeres que le precedieron.
En sus propias palabras: «Aunque sea por mi nombre quiero que se reconozca que antes hubo muchas anónimas, invisibilizadas… que han ido contribuyendo a que yo en un momento dado por unas circunstancias pudiera llegar a hacer eso. No me quito valor, pero fue por el trabajo de muchas mujeres anteriores y posteriores que han ido afianzando ese trabajo y ese hacer«.
La propuesta, presentada por Más Madrid Retiro, fue aprobada el pasado mes de julio en el Pleno del distrito y ratificada en febrero de este año por la Junta de Gobierno.
La historia de la primera maquinista de Metro de Madrid
El momento dado fue el año 1983 y las circunstancias las siguientes: Estrella Aranda se presentó a unas oposiciones a jefe de tren y conductor para las que los requisitos que se pedían eran medir más de 1,60 m, no tener problemas de vista y haber cumplido el servicio militar. Este último un requisito imposible de cumplir para una mujer, dado que la mili solo estaba dirigida a la población masculina.
Fue entonces cuando, amparándose en el artículo 14 de la Constitución –»los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social»– la parte social de la empresa recurrió.
«Gracias a que el comité de empresa recurrió esta discriminación nos convocaron [a ella y al resto de mujeres que se presentaban] en última instancia. Aprobé y fui la única en entrar en la plantilla de Metro como jefa de tren conductora«, explica en un vídeo de Metro de Madrid.
A diferencia de los casos mencionados al inicio de este artículo, este homenaje no será a título póstumo y la inauguración del espacio verde, que será también un reconocimiento a todas las mujeres conductoras de Metro de Madrid, contará con la presencia de su protagonista.